Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


Un gran alivio

14/10/2023

Hace un año y unos meses titulaba el artículo de este mismo espacio como 'Lavanda. Sí, gracias' poniendo en valor la riqueza creciente que representa este producto especialmente para nuestra tierra desde hace unos años, y alertando del peligro que suponía la derivada del 'Pacto verde' de la Unión Europa.
El motivo era la posibilidad de considerar los aceites esenciales de las plantas aromáticas como productos químicos al contener Linalool, componente natural de más de 200 especies de plantas, y por ello a ser considerados dentro de la industria química perdiendo los importantes beneficios económicos para los cultivos ecológicos previstos en los planes 2023-2027 de la Unión Europea.
Por eso instaba a todos los que pudieran influir en la decisión final de la manera que fuera; pública o privada, local o global, a que lo hicieran sin dudarlo para que primara la sensatez y con ella mantener la lavanda en el epígrafe de producto natural y cultivo ecológico, asegurando el futuro de muchas zonas rurales de España.
Al fin, a inicios de este mes, se ha avanzado y resuelto el primer gran escollo, y no puedo dejar de compartir mi alegría por el acierto del Parlamento europeo de reconocer el lugar especial que ocupa la producción de aceites esenciales en la UE, al aprobar el informe sobre la propuesta de revisión del Reglamento sobre clasificación, etiquetado, y envasado de sustancias y mezclas, para integrar disposiciones específicas para los aceites esenciales y otros productos naturales. 
Con esto el Parlamento podrá negociar un texto para que definitivamente estos cultivos reciban un trato diferente al de los productos petroquímicos en la clasificación de sustancias potencialmente peligrosas.
Este paso es un grandísimo alivio para los miles de agricultores y trabajadores temporeros de países productores de aceite de rosa, limón, bergamota y lavanda como Bulgaria, Francia, Italia y por supuesto España, y en concreto nuestra tierra, que en las últimas décadas había innovado e invertido en este cultivo.
Y lo más importante es que no solo afecta a los productores locales, sino también a todo el entorno en el que se ubican y operan, proporcionando empleo directo e indirecto, y como consecuencia población estable y riqueza económica y medioambiental. En definitiva, vida digna y bienestar para las personas y la tierra en zonas que realmente lo necesitan. Una verdadera solución a la ya larga y amplia despoblación a la que tanto cuesta encontrar freno. 
Precisamente hace unos días en el XI Congreso Nacional de Apicultura en Málaga, la miel de lavanda 'setentaynueve', elaborada en Tiedra, ha sido reconocida como la segunda mejor miel de España, y la mejor en la categoría de lavanda. Ya en el 2021 fue también reconocida en los premios más importantes a nivel mundial, los London International Honey Awards.
Los jóvenes hermanos Gato, hace tan solo cinco años decidieron emprender en su pueblo de origen y seguir la pasión de su padre, las colmenas, creando 'setentaynueve – Mieleros de Tiedra', pero lo hicieron en un entorno ya en esos años privilegiado y renovado, lleno de campos de lavanda gracias a la innovación de Antonio Fonseca con Aromáticas del Duero y su marca 'Tiedra de Lavanda'. 
Estos maravillosos campos de lavanda que años atrás cambiaron el color del paisaje de Castilla en esa zona, hacen posible que los hermanos Gato hoy no sólo elaboren miel de lavanda y otras variedades con gran valor añadido, sino también ayuden a que se preserven los cultivos alimentarios por la esencial función polinizadora de las abejas, que sabemos está decayendo y están en peligro también. Pero lo más extraordinario y destacable es ver cómo la innovación de nuevos cultivos que se adaptan a nuevas circunstancias del terreno y climatológica generan otros alrededor y cuya actividad entrelazada está revitalizando en todos los aspectos una zona de Castilla que estaba en declive.
Todo un ejemplo de cómo producción, economía, empleo, biodiversidad, fijación de población joven, innovación, adaptación, colaboración y en definitiva sostenibilidad y regeneración de entornos rurales, sí es posible, siempre que el marco político y legislativo cumpla su verdadero papel, ayudando, acompañando e impulsando para lograr entre todos el impacto positivo que necesitamos.