Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


Esperanza

20/11/2023

Hace 64 años, el 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobaba la Declaración de los Derechos del Niño, la primera que reconoce el derecho de los niños y niñas a la educación, al juego, a la atención de la salud y a tener un entorno que los proteja.  Tras esta declaración, en 1989 se firmaba la Convención sobre los Derechos del Niño con 54 artículos, el primer tratado vinculante a nivel nacional e internacional que reúne en un único texto sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales.
Todos sus artículos son fundamentales, pero en estos días no paran de resonarme de nuevo sus artículos 13 y 17 especialmente. Según el artículo 13 «El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño» y el artículo 17 «Los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación y velarán por que el niño tenga acceso a información y material procedentes de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental».
Estos son los que me impulsaron hace 10 años a poner en marcha un encuentro anual, TEDxYouthValladolid, de jóvenes para jóvenes, para darles un escenario y un micrófono con el que compartir con el mundo las extraordinarias ideas, no ilusorias o fantasiosas, sino verdaderas realidades con las que, con una visión y determinación únicas, ya estaban transformando y mejorando el mundo, y todos ellos con menos de 18 años. Un encuentro y lugar en el que expresarse, ser ellos mismos, dar rienda suelta a lo mejor de cada uno e inspirar a otros jóvenes y no tan jóvenes. 
De esta manera, alrededor del 20 de noviembre miles de encuentros similares de la red planetaria TEDx, celebrábamos juntos el talento, la pasión y el futuro de los jóvenes: De Nueva York a Nairobi, de El Cairo a Amsterdam, y de Sidney a Valladolid, y tras los que siempre terminaba diciendo que recuperaba la fe en la Humanidad. 
Hoy sabemos que los jóvenes no lo tienen nada fácil, que tienen unos enormes desafíos por delante para los que aún no hay respuesta, que la pandemia, las noticias y realidades del cambio climático, los conflictos armados, la polarización, la violencia, la falta de entendimiento reinante, entre otras cosas, los ha llevado a unos límites nada deseables y, en muchos casos, más que nunca les ha hecho perder la esperanza. 
Pero ante este panorama desolador, una nueva generación está decidiendo cambiar las reglas del juego y vivir desde muy jóvenes de otra manera, vivir con propósito, lo que hace años, en el modelo clásico llamábamos la "crisis de los 40" ese momento en el que muchos decidíamos cambiar de rumbo, de las normas y de ciertos clichés establecidos. Hoy esta nueva generación tiene mucho más claro desde el principio lo que merece la pena, lo que les mueve y motiva y están dispuestos a luchar por ello, y a la hora de decidir qué hacer o dónde y cómo trabajar, ya tienen en cuenta otros criterios «con propósito» que tienen que ver más con sus valores y compromisos personales. A mí personalmente esta nueva generación me gusta mucho y sin duda, de nuevo, me hace recuperar la esperanza y fe en la Humanidad.
Hoy más que nunca en estos entornos tan complicados y llenos de incertidumbre que hemos creado, sigamos, no sólo celebrando y velando por sus derechos, sino que aprendamos de ellos, impulsemos y apoyemos su valentía y determinación para cambiar las reglas de juego y construir un futuro diferente y mejor que el que les estamos dejando. Fuerza e ideas les sobra, sólo tenemos que darles voz y espacio para no sólo conocer sus necesidades e inquietudes, sino sobre todo sus aportaciones y visiones, porque con ellas no sólo les ayudaremos a construir su futuro, sino que el nuestro será sin duda mejor.