Viviremos más, pero no sabemos cómo. Nuestro entorno y planeta está cambiando aceleradamente y no estamos preparados. Tenemos más tecnología que nunca para solucionar y para escalar las soluciones, pero no sabemos aún muy bien cómo. Hemos creado una Inteligencia digital capaz de cosas extraordinarias pero que se está desarrollando exponencialmente sin control. Estamos más conectados que nunca, pero también, más solos que nunca. Vivimos en comunidades urbanas cada vez más digitales, pero poco resilientes y no accesible para todos. Las áreas rurales están cada vez más despobladas y van perdiendo biodiversidad y riqueza. Las generaciones más jóvenes tienen acceso a más herramientas que nunca, pero viven con menos esperanza que nunca. 
Una era, más que de cambio, de toma de decisiones importantes que afectarán a nuestro futuro de manera decisiva, y en las que todos y cada uno de nosotros tenemos todo que decir. 
«Los problemas de la sociedad los debe solucionar la propia sociedad», una frase que me resuena constantemente y que he aprendido en estos años de una persona con una gran visión, pero sobre todo con una vocación profunda de servicio a la humanidad. Y ¡qué cierto es!, qué gran tentación es dejar la responsabilidad a otros, más cuando se trata de temas tan relevantes, y solemos dejarla plenamente y sin darnos cuenta de las consecuencias, especialmente en la administración pública, que sin duda tiene el importantísimo rol de facilitar y ejecutar, pero no la exclusividad de generar y decidir.
Todos queremos vivir y disfrutar de un entorno 'próspero', una palabra preciosa y grandiosa, pero que hoy ya no es suficiente e incluso no deseable en los términos en los que en las últimas décadas se ha considerado 'próspero'. Hoy deberíamos estar queriendo vivir en un entorno sostenible que, por cierto, aún no existe. Un entorno que debemos construir, asegurar y proteger. Un entorno para el que las decisiones que vamos a tener que tomar a todos los niveles, van a tener que ser, por un lado, más que innovadoras, disruptivas y transformadoras, y por otro, con un impacto real, diferente y con propósito, porque serán la base de otras muchas que marcarán las próximas décadas y a las siguientes generaciones.
Áreas como la sostenibilidad de triple impacto; económico, social y medioambiental, la tecnología, digitalización e Inteligencia artificial, y la educación, pero sobre todo la formación, son fundamentales para una comunidad y hay que trabajar urgentemente en ello como sociedad civil para tomar cuanto antes las mejores decisiones. Me enorgullece ver cómo en nuestra tierra, a través de la Cámara de Comercio de Valladolid, se han creado tres comisiones para impulsar precisamente estas tres áreas y que servirán como modelo para otras cámaras y comunidades. 
Junto a esta iniciativa en estas semanas la Fundación FUNDOS ha reconocido, premiado y visibilizado por cuarto año consecutivo innovaciones sociales privadas y públicas relevantes de Castilla y León. Iniciativas que transforman y dan sentido a todo, como; el trabajo de los jóvenes del Consejo de la Juventud de Castilla y León con ASPAYM Juventud CyL en la asistencia personal a otros jóvenes con discapacidad para asegurar su acceso en igualdad de condiciones a todo tipo de actividades, la Fundación Miradas por su programa 'bbMiradas', que diagnostica y trabaja con bebés de menos de 36 meses con signos de autismo cambiando su vida y la de su familia, y a la Fundación tutelar FECLEM, que ayuda a personas con patologías psiquiátricas en el ejercicio de su capacidad jurídica. 
Todos ellos son ejemplos de implicación, decisión y compromiso de cómo ser parte y asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos en la creación de los nuevos parámetros de las grandes decisiones que nos afectarán a todos. 
Lo más importante es que tenemos la oportunidad y enorme responsabilidad de sentar las bases de esta nueva era en la que tenemos todo por hacer, por impulsar y también por exigir, ahora además que llega el momento de depositar la confianza en las personas que se comprometen a realizar un servicio público para su comunidad, para su ciudad, exijamos a cada uno su papel, pero el de cada uno de nosotros no se lo dejemos a los demás.