Alfonso González Gaisán

No perder ripio

Alfonso González Gaisán


Nuevos trajes

20/01/2024

Ahora que da comienzo el nuevo año y ya todos nos hemos deseado un feliz 2024. Si nos ponemos manos a la obra para hacerlo realidad, no estaría mal comenzar dando un repaso a nuestro comportamiento como ciudadanos. Por ejemplo, respecto al tratamiento de muchos espacios públicos, convertidos en residuales de nuestras miasmas y las de nuestras mascotas. Deberíamos adoptar una mayor implicación con nuestros servicios públicos y ser un poco más ejemplares respecto a la limpieza y mantenimiento de los contenedores que prestan un servicio impagable al decoro de la ciudad.

La idea de la regeneración de la ciudad por barrios no ha tenido la respuesta esperada, quizás por la falta de una tutela municipal decidida.

Por el momento, la sustitución de edificios construidos en los años 60 no pasa de ser otra oportunidad perdida para dar una respuesta inmediata a la urgente necesidad de vivienda. Se nos presentó en el concurso planteado sobre el barrio del '29 de octubre'. Los mimbres estaban en los proyectos presentados a concurso; el objetivo, una intervención, de modo más decidido, para la creación de una bolsa de edificios residenciales de nuevo cuño, con imágenes singulares y seductoras, y que además habrían liberado suelo público.

Si sometemos a un ratio de inversión por metro cuadrado de edificio a rehabilitar comprobaremos que la diferencia entre la rehabilitación y la nueva construcción es exigua y radica, sobre todo, en la demolición del viejo edificio caduco. A cambio obtenemos edificios más salubres, accesibles y eficientes energéticamente. Además se obtendría una mayor superficie libre, creciendo en altura, pero no con fines especulativos; sólo lo suficiente para hacer la operación económicamente sostenible.

Daría solución, a su vez, a otra serie de servicios necesarios, como la disposición de garajes tanto para vehículos como para bicicletas.

Recuerdo la expo de Hannover, año 2000; presidía la avenida central el edificio de Países Bajos, obra de MVRDV. Giró el evento en torno a la relación entre el hombre, la naturaleza y la tecnología, asunto que sobrevuela permanentemente en nuestro modelo social. El aludido pabellón condensaba la reflexión sobre estas relaciones, planteando cuestiones de índole global como la compatibilidad entre el aumento de la densidad de población y el incremento de la calidad de vida, o el papel que debería jugar la naturaleza en ese equilibrio.

Este debe ser nuestro desafío en la idea de la regeneración de la ciudad, en particular de las ampliaciones de la ciudad histórica surgida en los años 60, y que ya supera el medio siglo de existencia en la mayor parte de los casos. Adolece este conjunto de edificaciones del mínimo nivel de mantenimiento, en particular a nivel de la envolvente, curiosamente en controversia con el generoso grado de mantenimiento y reforma llevado a cabo a lo largo de su existencia. Hay viviendas que han sufrido varias reformas integrales en este periodo, casi siempre ligadas a su cambio de propietarios.

Nos encontramos en un momento inigualable para dar un impulso a la regeneración de nuestros barrios de los años 60 y 70, muy especialmente a nivel energético. Un notable incremento de la eficiencia llevaría aparejada una rebaja sustancial de la demanda energética. Sin perder de vista, a su vez, las aspiraciones a la modernización formal y estética de una arquitectura nacida de una producción en masa que, a día de hoy, conforma una imagen urbana más bien anodina. Se debe aspirar al logro de una actualización estética con tintes de singularidad, así como al establecimiento de un control sobre las actuaciones personales realizadas de forma anacrónica, como cierres de terrazas y cambios de carpintería sin ningún criterio estético, ni de actuación conjunta.

Un atento paseo por la Rondilla de Santa Teresa nos brinda no pocos ejemplos de lo dicho; en particular en las calles más próximas a la Avenida Santa Teresa. El barrio del 4 de Marzo o el 29 de Octubre, preconizado por el Ayuntamiento de Valladolid, son parte también de esta muestra.

Una vez más las comunidades de vecinos, auspiciadas por los administradores de fincas, tienen un papel determinante para llevar a cabo esta oportunidad única de regenerar nuestra ciudad con subvenciones (pueden llegar al 60%) del fondo europeo Next Generation. Una vez más, manos a la obra.