West Spruill, el presunto autor de la muerte a tiros de la vallisoletana Ana Charle ocurrida el pasado 27 de abril en Nueva York, se declaró ayer no culpable en su primera comparecencia ante el jurado de la Corte Suprema del condado del Bronx
El tribunal dirigido por la jueza Margaret Clancy presentó ayer los cargos contra este vagabundo, quien pidió ejercer la autodefensa (no tener abogado durante todo el proceso judicial), algo que generó las dudas de su actual letrado (de oficio), tal y como recogen en sus ediciones digitales varios medios de comunicación de EEUU.
Spruill deberá responder ante la triple acusación de asesinato en segundo grado, secuestro y posesión criminal de un arma de fuego, según detallaban ayer los periódicos de Nueva York citando como fuente a a la Fiscalía del condado del Bronx.
De naranja. Spruill acudió a la vista oral ataviado con un mono de color naranja. El acusado, que se enfrenta a la cadena perpetua, lleva preso desde el mismo día del crimen -se le pudo arrestar en las inmediaciones del lugar de los hechos- y sin posibilidad del pago de una fianza para salir de la cárcel a la espera del juicio.
La jueza Margaret Clancy ha vuelto a citar a las partes para el próximo jueves, a fin de celebrar una audiencia en la que se decida sobre esa petición del acusado de defenderse él mismo.
El acusado había vivido unos siete meses, hasta principios de e enero, en el albergue que dirigía Charle en Nueva York y se cree que llevaba varios días acechando a la víctima y que había planeado este crimen, ya que en el momento de su arresto llevaba un papel con el número de matrícula y marca del coche de la vallisoletana. Spruill había salido de la cárcel en 2014 tras cumplir ocho años de prisión en Michigan por asalto con arma de fuego y tenía un arresto en Nueva York del año 1993.
Desnuda y conduciendo. El 27 de abril, Spruill (de 39 años) se acercó a Charle (36) cuando ésta iba a por su coche, al concluir su jornada laboral, Presuntamente, la obligó a entrar y desnudarse -él también se quitó la ropa-, y luego la ordenó que condujese un par de manzanas, supuestamente, con intención de violarla. La joven aprovechó un descuido para salir corriendo del coche, desnuda. El acusado, también sin ropa, fue tras ella y no dudó en disparar en múltiples ocasiones, alcanzándole en la mejilla, el pecho y la sien.