Con buena vista para los negocios

David Aso
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José Manuel Blanco, conocido sobre todo por Alcañiz Ópticos, tiene seis empresas y llegó a sumar 28 a la vez, incluido el sexto videoclub más grande de España. En breve empezará a alquilar autocaravanas y le queda al menos una "ilusión" que emprender

José Manuel Blanco, en su comercio de la calle Mantería, Alcañiz. - Foto: Jonathan Tajes

José Manuel Blanco Alcañiz (Valladolid, 1950), bisnieto del fundador de la bicentenaria Óptica Alcañiz, nunca se ha sentido «un esclavo del trabajo», aunque sí «fanático del trabajo». Sobre todo cuando, «con 40 y 50 años, echaba todas las horas del mundo», y en parte hasta que acabó de pagar su última hipoteca hace apenas tres años. Pero emprendedor lo seguirá siendo «mientras el cuerpo aguante», asegura a El Día de Valladolid, al que acepta recibir en su despacho, en la tienda de la calle Mantería que luce su segundo apellido, para hacer repaso de los negocios que conforman su singular, profusa y dispar trayectoria empresarial.

Por su labor al frente de Alcañiz Ópticos se le conoce, fundamentalmente, pero en medio siglo de incontinencia emprendedora ha llegado a tener 28 empresas al mismo tiempo; incluidas unas cuantas discotecas y el sexto videoclub más grande de España por número de socios y películas, con 13 locales. Actualmente mantiene seis empresas en los sectores de óptica, electrónica, artes gráficas y alquiler de viviendas; en pocas semanas pondrá en marcha un servicio de alquiler de autocaravanas; y no renuncia a la «ilusión» de abrir una clínica veterinaria si encuentra el socio adecuado que aporte la mitad de la inversión y, sobre todo, la cualificación técnica.

Sin embargo, cuando se le pregunta qué recomendaría a un joven emprendedor de hoy, lejos de iluminarle el camino con un consejo revelador, ya advierte de antemano que, en su opinión, su generación no sólo lo ha tenido más fácil que la de sus padres, sino también que la de sus hijos:«He vivido la mejor época para hacer cosas. Hoy en día, que el emprendedor no vaya a un banco a pedir dinero e hipotecar su casa y su vida, mejor que se busque en todo caso un business angel», avisa, en alusión al nombre por el que se conoce actualmente al socio capitalista.

Negocios de hoy

Dos de sus empresas están ligadas a la histórica denominación Alcañiz: como autónomo maneja todo el negocio de la óptica y la parte de electrónica para particulares; y con la sociedad limitada JMB, la electrónica para grandes empresas e instituciones, ante las cuales suele partir con ventaja en los concursos por ofrecer el plus de un servicio técnico aparte de la mera provisión de material.

Su tienda de la calle Mantería cumplirá precisamente 50 años el próximo 24 de julio, y desde hace sólo unas semanas concentra allí también la actividad de la tienda original, la que permaneció desde 1822 hasta finales del pasado enero en la Plaza Mayor: «Da mucha pena, pero el sótano y la parte de arriba ya no se podían usar porque no se habían adaptado al marco legal actual por tema de alturas, así que lo que quedaba era un local pequeño e incómodo, y además ya no recibía a tanta gente como antes», explica, tratando de dejar a un lado la nostalgia.«El nombre de Alcañiz continúa», subraya.

El sector de las artes gráficas, mientras, lo trabaja a través de dos empresas: Encuadernaciones SanCristóbal, que es un centro especial de empleo en el que, por tanto, trabajan personas con discapacidad; y Alcañiz Fresno's.Entre las actividades asumidas con estas sociedades destacan los 19 años que estuvo realizando el Boletín Oficial de Castilla y León o durante 12 el del Senado, y aún hoy hace los del Gobierno de Canarias y el Banco de España, si bien hay un antes y un después entre 2009 y 2010 por la paulatina desaparición de los boletines impresos. «De facturaciones inmensas, con 64 personas trabajando sólo para el taller y dos camiones de papel, pasamos a llevar esta actividad con mucha más humildad»; paliada, eso sí, con la apertura de otras líneas de negocio alternativas.

También están especializados en concesiones de reprografías en universidades y centros públicos. Manejan el papel de los campus de Salamanca, León y Ponferrada, con 14, 5 y 2 pequeñas tiendas, respectivamente, que atienden la demanda de fotocopias y demás de alumnos y profesores. Mantiene un servicio similar en la Universidad Carlos III de Madrid y realiza todo lo que tenga que ver con trabajos de impresión para los hospitales públicos de Toledo; y aparte, una sección de la imprenta centrada en una editorial de culto para los fanáticos de la historia militar, Alcañiz Fresno's Editores.

No obstante, si bien las empresas de artes gráficas brindaron a Blanco Alcañiz la que considera su «época más gloriosa» como emprendedor en tiempos de boletines de papel, hoy las dos más rentables son las inmobiliarias:Rentavall yRentaolid. No en vano, suman más de 70 pisos en propiedad que destina a alquiler ordinario o turístico y están repartidos por Tenerife (su plaza principal), Benidorm, Estepona, Madrid, Salamanca, Benavente y Valladolid. Por ellos se endeudó«hasta el infinito», pero ahora recoge lo sembrado.

Respecto a su próximo proyecto, en marzo cuenta con recibir la primera de las cuatro autocaravanas que ha adquirido para arrancar, pero su ambición no se queda ahí: «La idea es tener 15 o 20 autocaravanas en un plazo de dos años y si no es así, será que la cosa no va bien».

Negocios de ayer

En total, entre las seis empresas vigentes y sus diversas y dispares vertientes de negocio, actualmente da empleo directo a más de 60 personas. «Estamos en retroceso en comparación a como estuvimos», reconoce, ya que llegaron a ser más de 200 cuando el taller funcionaba a pleno rendimiento por la impresión tradicional y la evolución tecnológica tampoco se había llevado por delante todavía el negocio de los videoclubs, tan boyante en los ochenta y buena parte de los 90, antes de que empezara su declive y casi extinción. 

En esos otros tiempos también se manejó, y no poco, en el ocio hostelero diurno y sobre todo nocturno. Suya fue la sala Strauss en la plaza de los Arces, donde después creó el restaurante El Zaguán, a continuación la pizzería Mamma Roma... Es el local donde hoy está La Mafia, que ya no tiene nada que ver con él, y aunque también abrió algún que otro bar como El Porrón, lo suyo fueron, dentro de este sector, las discotecas, con hasta media docena. La que actualmente es La Maraca, en el paseo de Zorrilla, fue suya durante la etapa en que fue Hippopotamus. En la calle Labradores, la que fuera Melody y después América;Paco Suárez en el Cuadro; El Camarote durante la etapa en que se llamó TBO; o incluso la discoteca Aries en Tudela, con aforo para 2.000 personas. «¿En qué época fue Aries, Gonzalo?», pregunta José Manuel a uno de sus empleados más cercanos, aprovechando que pasa por allí. «Pues yo tenía 23 años y ahora 62, así que la cogimos hace 39; y la dejamos hace 24 así que bueno, de 1984 a 2000, aproximadamente», responde tras pensar unos segundos.

Gonzalo demuestra buena memoria para recordar lo que además ha conocido en primera persona tras toda una vida laboral con José Manuel, como tantos otros que conforman el equipo de confianza de este veterano emprendedor. Su contable lleva casi 50 años, 47 una de las empleadas de la tienda de Mantería... «Aquí se jubilan todos», destaca, consciente de que ahí reside una de las claves de su devenir empresarial. «También a veces me quedaron pelos en la gatera», admite, por aventuras en las que perdió dinero. Pero siempre con apoyos cercanos para tirar adelante y que prevaleciera su buena vista para los negocios.