David Ricote y Carlos García abrieron el Corral del Rosarillo, situado en la plaza del mismo nombre, hace diez años. Encontraron un local de dos plantas y para unos 40 comensales en una zona que no era de paso y que estaba 'cerca' de San Martín que, por entonces, sí estaba en pleno auge.
«Buscábamos algo en el centro o cerca del centro y, aunque esto es una 'isla', nos cuadró», señala Charly. Pasaron de estar prácticamente solos a revalorizarse junto a calles aledañas y eso les permitió, con una sencilla fórmula a base de pollo, patatas y pimientos del padrón, abrir un segundo local con la misma oferta, el Corral de Comedias, en diciembre de 2019.
«Ha crecido mucho la demanda y eso ha hecho que tengamos que evolucionar. De hecho hemos pasado de 2 camareros y una cocinera a ocho camareros y tres cocineras los fines de semana. Al principio no vendíamos pollo en la parte de arriba y ahora sí», añade.
Aunque no tendrán caseta, sí confían en trabajar mucho y bien durante las fiestas... ¿después? «Creo y espero que pasará como siempre en octubre, mucho dejarán de salir y los que salen, lo seguirán haciendo».