La Guardia Civil se trasladó de nuevo este martes al lugar en el que fue encontrado, el pasado sábado 5 de febrero, el cadáver de Esther López, la vecina de Traspinedo desaparecida la noche del 12 al 13 de enero. Lo hizo para profundizar en una de las líneas de investigación abiertas en las últimas horas, la que apunta que la mujer de 35 años pudo ser víctima de un atropello la misma madrugada en que desapareció.

Un equipo de investigadores, a bordo de una furgoneta camuflada, llevó a cabo este martes distintas mediciones con el fin de intentar determinar si la ubicación en que fue hallada la víctima pudiera ser compatible con un hipotético atropello. Incluso se les ha visto imitando el posible trayecto de ese teórico vehículo, pasando a distintas velocidades por la curva de la VP-2303 junto a la que apareció Esther.

De sus conclusiones nada se sabe, toda vez que el asunto continúa bajo secreto de sumario, aunque dado el enorme interés suscitado por este caso en todos los medios de comunicación nacionales, se empiezan a filtrar detalles como esos resultados preliminares de autopsia en los que se apuntaría como causa de la muerte a un "politramautismo torácico abdominal con hemorragia interna profusa que causó un 'shock' hipovolémico". Los forenses no son capaces de determinar todavía si el origen puede ser homicida o accidental y es ahí donde surge la posibilidad de que todo hubiera sido un simple atropello y que el cadáver de Esther se haya pasado en esa cuneta 24 días sin que nadie la viese, a pesar de las intensas labores de búsqueda llevadas a cabo y de que es una zona de paso para viandantes y el grueso de vehículos que entran y salen de Traspinedo a través del cruce de 'La Maña'.

La Guardia Civil ha vuelto este martes a investigar en la zona donde apareció el cadáver de Esther López. - Foto: J.T.

Las pesquisas de los investigadores de la Guardia Civil desplazados este martes al lugar del hallazago iban, al parecer, en esa línea, sin perjuicio de que la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Valladolid continúe trabajando en el resto de líneas de investigación. Junto al atropello se estudia una posible muerte accidental, víctima de una fuerte caída, y una que ya sería claramente homicida, tras una severa paliza que provocó ese shock.

La tesis de que el cuerpo fue depositado allí horas antes del hallazgo sigue siendo la más plausible, pero la investigación no quiere dejar ningún cabo suelto mientras se espera que los análisis toxicológicos de los órganos y tejidos del cadáver de Esther puedan aportar algo de luz sobre las circunstancias que rodean a su fallecimiento.