La venta de tabaco cae a la mitad desde 2006 en Valladolid

A.G.M.
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La Ley Antitabaco ha mermado el consumo, pero Valladolid aún compra más de veinte millones de cajetillas al año

Imagen de una persona fumando en una terraza. - Foto: Javier Pozo

Cada día se venden en Valladolid más de 63.000 cajetillas de tabaco. Unas 2.000 a la hora, más de 40 al minuto. Cifras con apariencia de elevadísimas pero que son unas cuantas menos de la mitad de lo que se consumía en la provincia hace un par de décadas, cuando entró en vigor (el 1 de enero de 2006) la primera fase de la llamada Ley Antitabaco (aquella con la que se permitía fumar en la hostelería, pero en zonas acotadas), aunque el gran 'hachazo' a las ventas llegó con la segunda fase (la de 2011), la que lo restringió por completo.

Los datos que publica cada mes el Ministerio de Hacienda y Función Pública son elocuentes, tal como se aprecia en la infografía que acompaña estas líneas. Antes de que entrara en vigor esa primera fase de la Ley Antitabaco había unas ventas anuales de más de 46 millones de cajetillas en Valladolid, una cifra que pegó su primer gran bajón con la llegada de la segunda fase de aquella norma, cayendo ya por debajo de los 35 millones para iniciar un acusado descenso, a un ritmo de un millón menos cada dos años, aproximadamente.

El último dato anual, el de 2022, habla de cerca de 23 millones de cajetillas, unas pocas más que en los pandémicos 2020 y 2021, pero que aún así supone la mitad de lo que se consumía hace menos de dos décadas, aquellos 46 millones de cajetillas.

La venta de tabaco cae a la mitad desde 2006 en ValladolidLa venta de tabaco cae a la mitad desde 2006 en ValladolidUn repunte, el del último año, que a juzgar por los datos de ventas de este primer trimestre (los últimos que ha hecho público el Ministerio de Hacienda) todo apunta a que no pasará de eso, de un repunte puntual. En lo que va de 2023, en Valladolid ya se han vendido algo más de cinco millones de cajetillas, lo que supondría ya poco más de 55.000 al día y que se traducen por ahora en una caída de las ventas del cinco por ciento en comparación con la estadística del primer trimestre de 2022; y de cerca del 52% con respecto a lo vendían los estancos vallisoletanos en 2005.

De confirmarse esta tendencia a la baja anotada en este arranque de 2023, sería el peor año de ventas de la historia del cigarrillo.