Sacyl amplía las consultas especializadas para dejar de fumar

A. G. Mozo
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Cada año pasan unas 80 personas por la Unidad de Tabaquismo del Clínico, que ofrece atención continuada y medidas de apoyo farmacéuticas y psicológicas. Uno de cada tres vallisoletanos que busca ayuda médica para dejar de fumar lo logra en un año

Una paciente, en la Unidad de Tabaquismo del Clínico. - Foto: J. Tajes

Un año es el periodo estimado por los expertos para dejar de fumar de forma definitiva. Transcurrido ese tiempo, una de cada tres personas abandona este pernicioso hábito que en realidad la OMS considera una enfermedad en toda regla. Son los datos de Valladolid, los que maneja la Unidad de Tabaquismo del Hospital Clínico Universitario y el área de salud Valladolid Este, la única de la provincia (y una de las tres de Castilla y León) que cuenta con la acreditación de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y que se encarga de los «casos más difíciles», esos que se escapan del radio de acción de atención primaria.
«La tasa de abstinencia se sitúa en el 33% una vez transcurrido un año, que son cifras de éxito para cualquier unidad de tabaquismo», explica el jefe de este equipo, el neumólogo Santiago Juarros. «Es más, entre los pacientes que venían a todas las consultas y seguían los consejos más fehacientemente, la tasa de abstinencia que se lograba era del 45%», apostilla.
La Unidad de Tabaquismo tiene en marcha ahora la renovación de un estudio sobre la efectividad de sus tratamientos, ayudados por los últimos medicamentos llegados al mercado para la deshabituación, y se apunta a una efectividad aún mayor: «Es pronto, porque no se ha llegado al año con nadie desde que el estudio está en marcha, pero en el primer mes se consigue una tasa de abstinencia del 75%», avanza el doctor Juarros, quien se muestra «prudente» porque «ahora hay que seguirles, porque el objetivo de dar por superado el hábito se va hasta los seis meses o un año».
Esta unidad se encarga de los «casos más complicados», los que les envían desde distintos servicios, generalmente cardiología, urología, neumología, hematología... «No hay rincón en el cuerpo que se libre del daño del tabaco, así que a la unidad nos llegan derivados casi de todas», apostilla el doctor Juarros, quien está al frente de este equipo desde 2008, acompañado ahora por las enfermeras Belén Ortega, Raquel Franganillo y Omara Hijas: «Los pioneros en Valladolid fueron el doctor José Luis Aller Álvarez y la enfermera Belén Muñoz y yo entré en 2008, porque el tabaquismo es algo que siempre me ha gustado», recuerda el neumólogo, que ensalza también «el gran trabajo que se hace desde atención primaria».

Otra consulta más

En esta unidad se atiende actualmente a una media de 80 pacientes anuales, pero la elevada demanda de estas terapias durante los últimos años ha llevado a Sacyl a incrementar esta consulta para así paliar una lista de espera que está ahora en la franja de los cinco o seis meses. Ahora solo atienden los viernes, siempre en el centro de especialidades de La Pilarica, pero el plan de Sacyl es que estos cuatro sanitarios puedan pasar consulta hagan otro día más en esta unidad para poder duplicar su capacidad.
El perfil habitual de pacientes en terapia antitabaco es el de «mujer de 50 a 54 años, con dependencia de la nicotina no muy alta, que no fuma demasiado (veinte cigarrillos al día) y que, en algunos casos, son personas que ya han intentado dejar de fumar» en alguna otra ocasión.
En este sentido, Juarros pondera la labor de equipos como el que el lidera, ya que «no es lo mismo ir a la farmacia, comprarse las pastillas y empezar a tomarlo por su cuenta que hacerlo bajo la supervisión y con la ayuda de profesionales». «Les damos cita en la consulta, y les pesamos (se suele coger peso por la ansiedad), les medimos la tensión, y usamos el cooxímetro (para saber el nivel de monóxido en pulmones) y, sobre todo, hablamos con ellos para lograr ese refuerzo de motivarles, de decirles que van bien, porque son pacientes que necesitan mucho refuerzo positivo para que continúe adelante con un proceso que es muy duro», según apostilla Belén Ortega. En función del caso, les dan parches, fármacos o nada, pero todos reciben apoyo psicológico en cada cita porque «son personas que debe sentir ese refuerzo positivo».
Juarros explica que «lo peor es al principio, hasta que pasan dos o tres meses, puesto que, en teoría, para entonces, ya deberían haber desaparecido todos los síntomas del síndrome de abstinencia». «La probabilidad de éxito, de que el paciente salga de la consulta sin fumar pasa irremediablemente porque quiera dejar de fumar».

 

 

Encuesta sobre fumar en espacios abiertos

La Sociedad de Neumología de Castilla y León tiene en marcha una encuesta con la que conocer la opinión de los ciudadanos sobre fumar en espacios abiertos. Puede usted participar a través de este enlace: https://forms.gle/jyVCJTbUkA9djhGXA