«Trabajamos para celebrar FINE en San Francisco en 2022»

Óscar Fraile
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El director general de la Feria de Valladolid destaca el avance en las negociaciones para franquiciar el modelo de la Feria Internacional de Enoturismo a Estados Unidos, aunque también hay conversaciones con otros países, como Italia

El director general de la Feria de Valladolid, Alberto Alonso. - Foto: Jonathan Tajes

La Feria Internacional de Enoturismo (FINE) se ha convertido en una de las grandes apuestas del calendario de la Feria de Valladolid. La segunda edición se celebrará los días 9 y 10 de junio, con muy buenas perspectivas y con la presencia de cien rutas, hoteles y bodegas, además de más de 75 compradores de 17 países. El modelo ya ha suscitado el interés de varios países. El director general de la Feria, Alberto Alonso, destaca el potencial de un sector que, según él, tendrá un crecimento sostenible en los próximos años.

Se han visto obligados a preparar la segunda edición de FINE en unas circunstancias muy adversas. ¿Ha corrido peligro su celebración?

Hemos estado muy pendientes de la evolución de la pandemia. Una vez que vimos que en febrero era imposible celebrarla, decidimos mantenerla en el calendario en 2021, con fecha límite en el mes de junio, como así ha sido. Pero el mes óptimo sigue siendo febrero, porque los touroperadores inician los contactos con sus posibles destinos a principio de año para hacer circular sus catálogos a las agencias de viajes y pensar en actividades a partir de junio, y coger el ciclo de la vendimia hasta final de año. Pero en 2020 no ha podido ser.

¿Cuáles son las principales novedades de esta segunda edición?

En cuanto a la oferta, hay novedades significativas. La primera es que la participación de empresas portuguesas no solo se mantiene, sino que aumenta. Nuestro objetivo de hacer de FINE una feria internacional va por buen camino, aunque el covid no nos ha permitido alcanzar un objetivo secundario, que era atraer a bodegas francesas e italianas. Pero tenemos a La Rioja, que es uno de los máximos exponentes de España, junto a Ribera del Duero, Penedés y Jerez. También participan las rutas del vino de Madrid, que es un destino que se incorpora por primera vez. Y a nivel de demanda, uno de los objetivos que nos habíamos marcado era la rotación de los compradores invitados, y este año solo repiten el 30 por ciento de los touroperadores que participaron el año pasado. El 70 por ciento es nuevo. Nos hemos mantenido firmes para que, en su inmensa mayoría, hicieran una visita presencial, y así va a ser con 56 de los 76 que estarán en FINE. El resto, que son touroperadores de destinos más lejanos, como América, Asia y Reino Unido, lo harán virtualmente, con reuniones telemáticas, aunque tengan expositores en la feria.

¿El hecho de que parte de los touroperadores no estén presentes físicamente puede condicionar la facilidad para llegar a acuerdos?

Nosotros siempre apostamos por el encuentro físico. Es verdad que es difícil captar el interés de una persona que está, por ejemplo, en San Francisco, para tenerle dos días durante diez horas enganchado al ordenador. Por eso lo que hemos hecho es adaptar esas reuniones a las franjas horarias. Durante una parte del día tendremos conectados a los touroperadores americanos y durante otra, a los asiáticos. Creo que va a ser una experiencia positiva.

¿Qué criterios se han seguido para la selección tanto de expositores como de posibles compradores?

A nivel de expositores, hay dos perfiles: bodegas y territorios. Respecto al primero, está pensado para cualquier bodega que tenga una oferta enoturística y quiera darla a conocer, independientemente del nivel de madurez de su oferta. Y en cuanto a los territorios, tenemos rutas del vino de diferentes orígenes y territorios donde la producción del vino es relevante y se está despertando el interés por el enoturismo. Eso, en lo que se refiere a la oferta. Respecto a la demanda, tenemos touroperadores especializados de enogastronomía, que se completan con otros especializados en turismo de lujo y en negocios. Son los tres prioritarios. Tenemos una persona que trabaja específicamente todo el año para convencer a estos touroperadores de que participen en el evento.

¿Cuáles son las principales líneas de negocio dentro del enoturismo?

Hace poco estuve leyendo un informe que ha publicado en Italia Roberta Garibaldi, una de nuestras ponentes en FINE, que explicaba que el enoturismo ha conseguido salir fortalecido del covid. Y se apoyaba en dos indicadores. La circunstancias de la pandemia han hecho que se reduzcan las contrataciones de experiencias en Italia, pero ha aumentado un 10 por ciento el número de enoturistas. Las limitaciones a la movilidad y la búsqueda de espacios abiertos hacen que el enoturismo tenga un futuro esplendoroso. Lo importante en Castilla y León y Valladolid es que hay una oferta enoturística vinculada a un atractivo enorme como es el patrimonio cultural. Es lo mismo que pasa en Italia, Francia y Portugal. El que visita una bodega después se va a un monasterio, una exposición o un museo. Es el complemento ideal.

¿Valladolid tiene potencial respecto a otros competidores en este sector?

En la mayoría de los casos, el turismo enogastronómico es un turismo de interior. Eso ayuda a fijar población y dinamizar las zonas rurales, además de desestacionalizar el turismo, porque se puede mantener durante todo el año. España ocupa el cuarto lugar del mundo en enoturismo. El Valle de Napa, en San Francisco, tiene 13 millones de visitantes; Francia, diez millones; Italia, cinco millones; y España, tres. Todavía hay potencial de crecimiento. Respecto a Valladolid, todavía estamos lejos de regiones como el Penedés de Cataluña y Jerez, pero lidera la lista de otras que llevan mucho tiempo trabajando en enoturismo. De cualquier modo, FINE llega en un buen momento porque el enoturismo está eclosionando ahora y va a tener un crecimiento sostenido durante los próximo años.

Hace algo más de un año FINE recibió una oferta de una empresa de San Francisco para franquiciar este modelo en el Valle de Napa. ¿Cómo van esas negociaciones?

El covid nos ha cambiado un poco los tiempos, pero seguimos trabajando. Tenemos una reunión programada después de FINE para ver en qué medida podemos formalizar ese acuerdo y ponerlo en el calendario. Lo ideal sería hacerlo en 2022. Incluso ya estamos hablando de la localización del posible evento, que sería en la ciudad de San Francisco, porque en el Valle de Napa no hay un recinto adecuado para este tipo de eventos, según nos dice nuestro socio. Y San Francisco solo está a dos horas.

¿Qué papel jugaría la Feria de Valladolid?

Hemos planteado diferentes fórmulas de colaboración. Una sería franquiciar y tutelar notros. Es decir, proteger la marca para que todo se haga bien. La otra es hacer un proyecto a riesgo compartido, tanto para ingresos como para resultados.

¿Será este un primer paso para franquiciar FINE en otras partes del mundo?

Afortunadamente, hay más países interesados. Hemos tenido algunas conversaciones con Italia y tendremos algunas más con otros territorios durante la celebración FINE, pero lo más avanzado es lo de Estados Unidos. Hemos sido pioneros con este modelo.