Técnicamente se conoce como MENA a los menores extranjeros no acompañados que llegan a España separados de sus padres y que tampoco están bajo la tutela de otro adulto, de modo que es la Administración la que debe asumirlo. Según los datos aportados por la Consejería de Familia, a fecha 1 de octubre había nueve en Valladolid distribuidos en el Centro de Acogida El Carmen y la residencia juvenil José Montero. En Castilla y León hay 64 y 140 han pasado por la Comunidad en lo que va de año. El principal país de procedencia es Marruecos, con un 61 por ciento de los menores.
Cuando la Policía informa sobre la aparición de un MENA, la Administración regional asume su tutela, y se les traslada a un centro de acogida. Si hubiera dudas sobre si es menor, se les lleva al hospital para hacerles una prueba de edad. En cualquiera de los casos, siempre se les da una asistencia para cubrir necesidades básicas, como la higiene, la alimentación, la ropa y un techo bajo el que dormir. También se les informa de los derechos que les asisten por si fueran objeto de trata de seres humanos y los trámites que deben hacer si quieren solicitar protección internacional.
Según explica Guillermo Ruz, de la Fundación Diagrama, gestora del Hogar de Acogida Arribes del Tormes, en Salamanca, estos menores suelen llegar una situación de inestabilidad lógica causada por el «trauma migratorio» y el cambio cultural. «El estado emocional en el que llegan no suele ser muy bueno, porque llegan confundidos y no tienen recursos para gestionar esta situación», explica. Los trabajadores de estos centros tratan de hacer, en la medida de sus posibilidades, de madres y padres durante la estancia de los menores: «Nuestra misión es que se sientan protegidos y seguros».
Son las comunidades autónomas las que asumen este gasto, aunque el año pasado el Estado repartió 40 millones entre ellas por el excepcional incremento de menores extranjeros llegados a España, que pasaron de 6.414 a 31 de diciembre de 2017 a 13.796 a 31 de diciembre de 2018. De ellos, 500.000 fueron para Castilla y León. En la Comunidad hay 65 puntos donde se pueden alojar estos menores, muchos de ellos son viviendas particulares que ayudan en la transición de la adolescencia a la vida adulta. Cuando cumplen 18 años, hay otros centros específicos a los se les puede trasladar.