David y José Luis, una compañía de Primera División

M.B
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El joven David, de 16 años, realiza su voluntariado de Bachillerato Internacional acompañando a José Luis, de 81, a todos los partidos del Real Valladolid

David camina junto a José Luis, ya en los aledaños al José Zorrilla. - Foto: Jonathan Tajes

A José Luis y David se puede decir que les ha unido el fútbol y el Real Valladolid. Su pasión por el color blanquivioleta. Aunque detrás hay mucho más. David, de 16 años, y José Luis, de 81, van juntos al Estadio José Zorrilla. No son familiares. De hecho, se conocieron hace escasamente unas semanas. Pero el Pucela les ha juntado y tiene pinta de que la amistad va a ser duradera.  

José Luis Gutiérrez del Rey fue uno de los primeros jugadores que tuvo el Club Deportivo Rioseco en su año de fundación, 1969: «Era interior. Por entonces tenía 28 años y jugué hasta los 34, cuando una lesión me obligó a dejarlo». El fútbol ha sido una de sus pasiones y sigue siéndolo. Fue abonado del Real Valladolid en la época de Moré, Minguela o Rusky... y dejó de serlo la temporada de Maturana... hasta esta 2022-23.

David Martín Moretón juega de extremo en el Juvenil de primer año del Parquesol. Este año se ha incorporado a la familia del Real Valladolid, haciéndose abonado. Estudia, en Palencia, Bachillerato Internacional («lo mismo que la infanta Leonor, aunque en el caso del vallisoletano en la enseñanza pública», apunta su padre, Nacho), que tiene un programa educativo, bajo el nombre Programa del Diploma, que cuenta con la asignatura CAS (Creatividad, Acción y Servicio). Una de las patas del CAS, el servicio, es un intercambio voluntario y no remunerado que significa un aprendizaje para el alumno, y en el que se respetan los derechos, la dignidad y la autonomía de todas las personas involucradas.

Y ahí aparece la 'amistad'.

«Los alumnos tienen que hacer algo solidario, obligatorio para aprobar. Algunos compañeros cuidan a personas mayores, otros acuden a protectoras de animales y nosotros dimos con esta oferta, en la que se buscaba un voluntario para acompañar a una persona mayor al fútbol», recuerda David, junto a sus padres, Nacho y Mercedes. Se pusieron en contacto con la residencia Doctor Villacián, hablaron con Mar Casado, trabajadora social del centro, y no lo dudaron: «Me preguntaron si estaba dispuesto a sacrificar otras cosas por llevar a José Luis al fútbol y dije que sí».

Así, el pasado 9 de octubre acudieron a su primer encuentro juntos, ante el Betis. José Luis no había podido ir a los anteriores –«los escuchaba por la radio»–, pero ahora ya sabe que tiene acompañante: «Es mi primer año en la residencia y por eso decidí volver a hacerme abonado. Sin David no podría venir».

La rutina es la misma en cada partido. En el anterior, David le entrega un papel a José Luis con la fecha del siguiente y el horario de recogida, algo más de una hora antes del inicio. Al ser menor, David cuenta con la ayuda de sus progenitores para cumplir con el voluntariado. Le acercan en coche a la residencia, donde le espera ya José Luis; y le llevan al estadio, lo más cerca posible de las puertas por las que entra (de la 1 a la 6). Hasta ellas van los dos juntos, hablan del encuentro de esa jornada, de las opciones de permanencia y de jugadores. A los dos les gusta Aguado.

«Estoy en una zona cercana a la que era abonado». Una vez dentro, el Real Valladolid cuenta con un voluntario para facilitarle una silla en la zona habilitada para ello, ya que José Luis se desplaza ayudado de un bastón. 

Cuando acaba el partido, David recoge a José Luis (no se sientan juntos) y hacen el camino de retorno a la residencia hablando de las jugadas, de la polémica... este miércoles con una sonrisa de oreja a oreja. «Es muy majete», dice José Luis. «Él puede disfrutar del fútbol y yo también. Y esto me va a servir de enseñanza para la vida», añade David.