Manucho no está en venta. El delantero angoleño, que termina contrato, al igual que un buen número de jugadores del Real Valladolid, en junio, no saldrá antes del viernes salvo algo más que enorme sorpresa. A pesar de que diversos rumores sitúan al angoleño cerca del Espanyol, el club blanquivioleta no está dispuesto a dejar salir al africano. Al menos a coste cero.

El delantero blanquivioleta está siendo el relevo de Javi Guerra en las últimas jornadas. La lesión de Osorio le ha vuelto a abrir las puertas del equipo, una vez que parecían cerradas con el colombiano, el malagueño y el sueco Larsson en la punta de ataque.

El propio Manucho ya dijo públicamente la semana pasada que desconocía si existía una oferta del Espanyol. Desde Barcelona se apuntó la semana pasada, más concretamente en Sport, que el club periquito le quiere y le habría ofrecido un contrato de dos temporadas más la media que falta hasta finales de la presente campaña.

El problema radica en que la entidad blanquivioleta no quiere desprenderse de su jugador y menos para reforzar a un, a priori, posible rival directo por la permanencia. Desde Barcelona se apuntaba ayer que en la operación del Espanyol y Manucho habría un nombre más, el del delantero croata Ante Rukavina, que en diciembre se quedó sin equipo tras varias campañas en el Dinamo Zagreb. El punta fue ofrecido al club blanquivioleta pero ha sido descartado.

Un extremo. Así que la prioridad para el Real Valladolid en estos cuatro días que faltan para cerrarse el mercado invernal continúa siendo la incorporación de un futbolista de banda y más tras ver lo que ocurrió el sábado con Ebert.