Detenido un pederasta reincidente de 72 años por abusar de cinco menores

A. G. Mozo / M. Rodríguez
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F.I.F., exprofesor de instituto, ya fue arrestado en 2010 por practicar una felación a un niño de 6 años en las piscinas del matadero · La Policía le acusa de agredir sexualmente de uno de los jóvenes, de entre 13 y 15 años, que llevó a su casa

En 2010, un juzgado le prohibió la entrada a todas las piscinas de Valladolid. - Foto: El Día de Valladolid

Detenido en Valladolid un hombre de 72 años acusado de abusar de cinco menores de edad durante los últimos meses. F.I.F., que según la investigación y las declaraciones de las víctimas habría llegado a agredir sexualmente de, al menos, uno de los chicos, es un profesor de Educación Secundaria jubilado y reincidente en este tipo de delitos, tal y como pudo saber El Día de Valladolid en fuentes cercanas al caso.

La Policía Nacional ya detuvo a este pederasta en febrero de 2010 por una serie de abusos sexuales cometidos en piscinas públicas de la capital, cuando llegó a hacerle una felación a un niño de 6 años en las duchas de las instalaciones deportivas del antiguo Matadero. Esto desembocó en una «pequeña condena», según explicaron a este periódico fuentes judiciales, «en una orden de alejamiento y en la prohibición de acceso a todas las piscinas».

A través de una asociación. En el caso destapado por la Policía esta semana, F.I.F., presuntamente, ya no accedía a los menores con sus visitas a las piscinas municipales, sino que había entrado a formar parte de una organización, en la que hay todo tipo de miembros, «desde adultos a menores de entre 13 y 17 años». Una asociación que se dedica a organizar jornadas de convivencia y muchas actividades y que, según estas mismas fuentes, estaría vinculada a una comunidad religiosa vallisoletana.

El pederasta, valiéndose de su condición de exprofesor, estaba en el organigrama de la asociación y «nunca despertó las sospechas» del resto de miembros o sus vecinos que, en cambio, le «consideraban cordial y simpático», según explica la Subdelegación del Gobierno en el comunicado de prensa enviado ayer. En definitiva, lograba ganarse la confianza de los padres y de los chicos, hasta el punto de que los chavales acudían a su domicilio de la capital y hasta se iban con él de fin de semana a otra vivienda que tiene en un pueblo de Valladolid.

Dos registros en sus casas. Ambas fueron inspeccionadas por la Policía Nacional en los dos últimos días, después de que se le detuviera el miércoles y de que el Juzgado de Instrucción número 3 autorizase los dos registros. Se ha intervenido «abundante material informático», pero todavía no se ha analizado para averiguar si hay grabaciones o fotografías de alguno de los episodios de abusos que han relatado las víctimas.

Fuentes del caso destacan las «dificultades» que se han tenido para esclarecer la investigación, ya que, inicialmente, ni siquiera hubo una denuncia, sino que fueron los agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Valladolid los que, después de que llegase a sus oídos que F.I.F. podría estar actuando de nuevo, iniciaron las pesquisas. Otra dificultad es la habitual en este tipo de casos, pues las víctimas tienen «miedo» y «no se atreven a admitir lo que les ha pasado». «Al ser menores, declaran delante de sus padres, lo están pasando mal... y es muy muy complejo».

De ahí que el caso aún esté abierto. Primero porque se cree que la lista de chicos de los que habría abusado puede ser todavía mayor. Y segundo porque no está claro que solo consiguiese agredir sexualmente a uno de los cinco chavales de entre 13 y 15 años a los que llegó a llevarse a sus casas y a los que, según ha podido saber este periódico, desnudó y tocó con ánimo sexual. «No es fácil que un chico lo reconozca», apuntan.

Con penas de hasta 15 años. Por ello, inicialmente, solo se le ha acusado de un delito de agresión sexual y de otro de corrupción de menores, cometido mediante esos tocamientos con un ánimo libidinoso hacia estos cinco. Es decir, que el delito de corrupción de menores se le imputaría por «las prácticas que habría llevado a a cabo con los menores, todas ellas tendentes, a lograr abusar de ellos -lo que sí habría logrado- y, como último fin, a tener acceso sexual a ellos».

Uno de los tipos delictivos que se recogen en el Código Penal al hablar de corrupción de menores se refiere  a «hacer participar a un menor en un comportamiento de naturaleza sexual que perjudique la evolución o desarrollo de la personalidad de éste» y se castiga con penas de seis meses a un año de prisión.

En cambio, para las agresiones sexuales se prevén hasta 15 años de cárcel, en caso de que la víctima sea un menor y no solo se atente contra la libertad sexual mediante «violencia o intimidación», sino que «haya acceso carnal por vía anal, vaginal o bucal, o introducción de miembros corporales u objetos por una de las dos primeras vías».

El presunto pederasta pasará hoy a disposición judicial, para prestar declaración y decretar su previsible ingreso en prisión.