La organización de este Villalar-2023, que se celebrará el próximo domingo, tendría que ofrecerle la lectura del manifiesto (o, al menos, una intervención destacada) a Juan García-Gallardo. Y si le parece demasiado arriesgado, proponerle que dirija el acto central, es decir que, sobre el estrado, tome el micro y vaya dando paso al Nuevo Mester de Juglaría, a María Salgado, a Mayalde y al resto de músicos anunciados. Y, de paso, que don Juan lance, de vez en cuando, proclamas del tipo «Castilla entera se siente comunera», «Castilla y León por su liberación» y otros gritos similares. Es posible que, tras esta enriquecedora experiencia, el señor García-Gallardo Frings y sus mesnadas de Vox empiecen a ver el Día de Castilla y León de forma distinta a como acostumbran a contemplarlo, a criticarlo y, en cuanto han podido, a reducir la aportación económica de la Junta. Comprobarán que la concentración en las eras del pueblo comunero no es un atajo de bolivarianos antiespañoles pagados por el famoso oro de Moscú o por vaya usted a saber por quién, sino gentes libres e independientes que quieren lo mejor para su tierra y que acuden a Villalar para expresar su vinculación con Castilla y León y pedir, a las autoridades y a quien corresponda, que se preocupen de verdad, y no solo de boquilla, por esta comunidad para que avance y deje de estar marginada y asediada por dos terribles jinetes del Apocalipsis: la despoblación y el envejecimiento. A eso vamos año tras año los miles de personas que nos damos cita en el pueblo comunero el 23 de abril. A eso: a reivindicar el progreso de nuestra tierra, a denunciar sus problemas, a recrear Villalar como símbolo. Por todo ello, Villalar no va a morir nunca. Ha resistido ataques y desprecios mucho más duros que los que ahora le propina el gobierno de Mañueco. Y se ha repuesto. También lo hará este 2023 para disgusto de quienes creen que recortando dinero lo conducen al exterminio o a la insignificancia. Desconocen la historia o pasan olímpicamente de ella. Por eso sería bueno que don Juan García-Gallardo leyera el manifiesto. Así se enteraría de qué va la copla.