Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Cadáveres políticos

03/03/2024

Gran delicia estética es pasar páginas con aroma de siglos y moldes de imprenta antiguos. Se trata de un volumen impreso en 1767 con hermosos dibujos grabados, tipos de letra y papeles distintos... Curioso es hallar ahí, en un texto del clásico Jacques-Benigne Bossuet, en delicioso francés, un tratado sobre el Apocalipsis, con explicaciones de este gran pensador, modelo de escritura. 
En su prefacio ya nos narra anticipadamente el significado de ese misterioso y terrible texto escrito en Patmos por el Discípulo Amado del Maestro. Llama la atención porque parece plenamente actual: «se da ahí una idolatría espiritual: se adoran las pasiones, se hace un dios de su placer y un ídolo de sus riquezas; (...) los hombres sensuales erigen un templo y un altar en su corazón donde ellos se ofrecen a sí mismos como víctimas.» 
Cada vez resulta más patente que nuestra sociedad se concentra en el abdomen y sus goces, el buen vivir entre placercillos materiales. Los ideales van abandonándose, salvo los que conciernen a lograr esos gustos ante los que muchos se inmolan. Para conseguir ciertos placeres hace falta dinero, ¡riquezas! Pero también esfuerzo a veces, como lo vemos en los gimnasios, en la adquisición de viagra y manuales de gimnástica para el lecho, en los mil y un laberintos para adquirir los productos mejores o «más exclusivos», que no es siempre lo mismo. Exclusividad: «yo conmigo mismo. Y los demás, ¿qué más da? El amor, difuminado como los cuentos que nos leían de niños.»
En los últimos años he visto cómo en la Corte cada vez desaparecen más librerías y crecen los comercios de cosméticos, masajes, viajes, tiendas eróticas o gourmets... ¿Apocalipsis? Bossuet continúa como si hablara del presente: «Se esfuerzan por introducir a los demás en sus prácticas; establecen máximas de las que quieren hacer leyes universales; en una palabra, el mundo es un tirano: no puede sufrir a quienes andan por sus propias vías y no cesa de perseguirles de mil maneras.» Hay que gozar placeres sensuales, quien no lo haga es insano.
Y, sin embargo, todo esto es falso. Un falso camino que engendra infelices, incluso entre los más ricos, que tienen más fácil acceso a sus complacencias. Por eso no extraña el lío que hay montado alrededor de un exministro que solo trabajó en tiempos tres meses y el resto zascandileó en sindicatos y partidos, pasilleando. Este individuo, que tiene siete hijos de tres mujeres a las que se colocó en buenas organizaciones, devorando los fondos gubernamentales, muestra el fondo del horror. Entre sus inmorales compinches, buitres, no tuvieron escrúpulo en enriquecerse a costa de una población que sufrió un ilegal arresto domiciliario en la pandemia. Fortunas se embolsaron sin preocuparse de los cadáveres. El político que adora al dinero, socialista o no, es un cadáver pestilente.

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