Santiago González

Carta del Director

Santiago González

Director de El Día de Valladolid


Un nuevo año con muchos deberes pendientes

07/01/2024

La llegada de los Reyes Magos anuncia el final de las fiestas navideñas y la vuelta a la actividad laboral, económica, política y social. Es el momento de mirar hacia delante y ver cómo se presenta el año que acaba de comenzar. Y la verdad es que lo que se ve en el horizonte no es muy halagüeño, hay demasiadas incertidumbres que no permiten avanzar con seguridad y confianza en el futuro más cercano. Sin embargo, yo me resisto a perder la esperanza y creo que puede ser mejor de lo que se aprecia durante este inicio de año, aunque todo depende de nosotros, los ciudadanos, y especialmente de nuestros gobernantes, los políticos. Por ello, la carta a los Reyes Magos debe convertirse en correspondencia al alcalde, al presidente de la Junta y a los ministros de turno, ellos son quienes pueden traernos los regalos de interés general. Los particulares ya los gestiona cada uno como considere.

Enero suele ser un mes malo, habitualmente con una cuesta que dificulta coger el impulso necesario para luego atravesar el año con buena velocidad. Pero también tiene sus cosas buenas, especialmente en Valladolid, donde es un mes sobre ruedas en el que casi nada más acabar la cabalgata comienza la llegada de moteros de camino a Pingüinos (11 a 14 de enero) para la concentración invernal más importante de Europa. Y una semana después volverán a reunirse en Motauros (del 18 al 21 en Tordesillas). Esto ayuda a reiniciar la andadura con decenas de miles de personas en las calles de la capital y de la provincia, llenando los hoteles y los establecimientos hosteleros y, en definitiva, dando un empujón a la actividad económica bajo un aire festivo y de reencuentro.

Pero el año será largo y en su recorrido deberán encontrarse soluciones a los problemas concretos de la ciudad y provincia. La despoblación es nuestro problema más grave y persistente, por lo que habría que continuar ayudando al asentamiento de nuevas familias en los pueblos, algo que necesita dinero y, especialmente, viviendas para su alojamiento. Frenar la sangría poblacional, incluida la de la capital, solo puede hacerse contando con la inmigración, ya que el nacimiento de niños en nuestro país no permite ni siquiera el relevo de los que fallecen. 

Fuera del problema demográfico general, que afecta a toda la España interior, la capital pucelana se debate entre el soterramiento y la integración. La llegada de la coalición PP-Vox al equipo de gobierno municipal rescató el soterramiento como proyecto para construir el Valladolid del futuro, sin embargo seis meses después no hay un solo avance de este cambio de rumbo y en el futuro próximo no parece que vaya a cambiar el panorama. Desde el gobierno, el exalcalde y ahora ministro de Transportes, Óscar Puente, ya dejó claro su oposición por ser "inviable técnica y económicamente"; la Junta no se ha pronunciado más allá de tímidas declaraciones políticas a favor del soterramiento, y el Ayuntamiento se encuentra solo y con pocas posibilidades de sacar adelante su promesa electoral y su proyecto bandera. Visto el callejón sin salida en el que nos encontramos, pediría a todos los responsables de las tres administraciones un diálogo sincero para buscar soluciones intermedias y sobre todo posibles para no volver a paralizar todas las obras durante los próximos cuatro años.

Otra de las actuaciones decididas que hay que acometer este año es impulsar la industrialización. Llevamos años esperando la anunciada llegada de Switch Mobility y de InoBat con grandes inversiones y fuerte creación de empleo. Pero de momento solo son promesas más o menos fiables. Es importante consolidar el tejido productivo existente, principalmente en torno a la automoción y a la agroalimentación, y atraer nuevas empresas que contribuyan al crecimiento económico de una provincia que registra menos de 25.000 trabajadores parados, según los últimos datos oficiales.

Por supuesto hay que atender al sector turístico (hoteles, restaurantes, etc), pues la gastronomía y el vino se han posicionado como uno de los grandes atractivos de esta provincia para atraer cada año más visitantes, junto a la cultura, el arte o la historia. El potencial es alto y las administraciones deben esforzarse aún más por llenar de eventos todos los meses del año que contribuyan a la llegada de personas desde otros lugares de España y del extranjero. Un ejemplo es la celebración de la gala de entrega de los Premios Goya el 10 de febrero, algo que contribuirá a posicionar a Valladolid como una ciudad de grandes eventos. Todo ello, sin embargo, no servirá para nada sin unas infraestructuras acordes con los tiempos, no hace falta recordar la situación de la Autovía del Duero, y unos servicios que mejoren las relaciones con Madrid, especialmente a través del ferrocarril de alta velocidad.

La lista de necesidades o deberes para este año sería mucho más larga, pero tristemente se me acaba el espacio, así que solo me queda desearles un comienzo de año con paso firme, con convicciones claras y sin arrugarnos. Aunque haya incertidumbres, especialmente económicas y políticas, y demasiada crispación, Valladolid es una ciudad con futuro, con mucho potencial económico, industrial, turístico, logístico y humano. No perdamos el tiempo y trabajemos por conseguir los objetivos personales, familiares y sociales.