Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Imprevistos

26/05/2023

Hacen bien los políticos que no se dejan llevar por el triunfalismo, aunque ponen de los nervios a quienes les preguntan por sus pronósticos electorales. Suelen responder lo mismo, que hasta el rabo todo es toro; que hasta que se abren las urnas todo es posible, porque hay que contar con los imprevistos.

Hace quince días, los socialistas mostraban cierta euforia porque mantenían Valencia, la mitad de las capitales andaluzas, La Mancha, Aragón y Extremadura, y serían segunda fuerza en Madrid. Sin embargo, en estas dos semanas han aparecido las temidas noticias inesperadas, y si al principio fue el PP el que tenía motivos para inquietarse por los problemas de Doñana y la defensa de Juanma Moreno de los pueblos del norte del Parque por necesitar el agua para regar sus campos, lo que promovió una campaña contra el presidente andaluz; o se producían diferencias de criterio entre Feijóo y Ayuso respecto a la ilegalización de Bildu, o Sánchez exponía su imagen junto a Biden en la Casa Blanca, que contraponía a la escasa agenda internacional de Feijóo, en la recta final de la campaña han hecho su aparición los "imprevistos" que están amargando al PSOE.

Hace días ya tuvo malas noticias ese partido cuando los sondeos advertían que Podemos tenía difícil alcanzar representación en parlamentos y ayuntamientos en los que sus escaños y concejalías eran imprescindibles para que los socialistas alcanzaran o se mantuvieran en el poder. Pero lo que no podían prever en el centro de operaciones electorales de La Moncloa era que Bildu metiera a 44 etarras en sus listas, 7 de ellos condenados por asesinato. Como no pudieron prever la sucesión de torpezas que cometió el hasta entonces hombre fuerte del gobierno, Félix Bolaños, al empeñarse en acudir a la celebración del Dos de Mayo a la que no había sido invitado. O que los socialistas madrileños se quejaran de que la candidata a la alcaldía, Reyes Maroto, ni se había tomado la molestia de estudiar los problemas y la organización territorial de la ciudad, ni contaba con un programa de actuaciones, sino que utilizaba los mítines para hacer autopropaganda de su trabajo como ministra.

Pero sobre todo no podía prever el PSOE que después de que en Melilla se produjera una compra de votos por correo por parte del partido Coalición Por Melilla -aunque se guardó de recordar que formaba parte de la coalición de gobierno que promovió el PSOE para que no gobernara el PP- es que la UCO descubriera que en Mojácar, donde tenía un apartamento y veraneaba Sánchez hasta ser presidente, su partido hiciera lo mismo: pagar a inmigrantes para que les dieran su voto por correo. Un delito ante el que el PSOE no tuvo la respuesta drástica que pide a otros en ocasiones difíciles: se limitó a dar de baja a los militantes implicados.

Al PSOE se le han visto las costuras: está preparado para triunfar, no para hacer frente a sorpresas indeseadas.