Belén Viloria

TITULARES DEL FUTURO

Belén Viloria


Un año con Ucrania

10/02/2023

18 millones de personas afectadas en un año por el conflicto de Ucrania, y más de 17 millones de cruces de frontera, 8 millones de refugiados y otros 6 millones de desplazados dentro de Ucrania.
Estas son las cifras a punto de cumplirse un año del comienzo del conflicto. Un tiempo que parece ya eterno, y como todo apunta a que se prolongará, comienza a formar parte de nuestro día a día, de nuestra rutina, por lo que ya prestamos menos atención y la solidaridad inicial ha ido desapareciendo.
Las necesidades de estos millones de personas crecen pero también van siendo diferentes. Las básicas se van cubriendo, pero irremediablemente surgen otras como la inquietud de no tener información de sus seres queridos o la desesperanza de no poder volver pronto a su país con sus familiares, a sus casas, a sus empleos, a sus vidas.
Cuando llegan los aniversarios se hace cómputo de grandes cifras, y cada una de ellas representa una vida; corta o larga, pero una vida completa, y vuelven a poner de relieve algo que se nos olvida rápidamente, que la vulnerabilidad es inherente al ser humano y está siempre presente, de manera invisible, visible y otras aparece de manera brutal, como estos días en los que los terremotos de Turquía y Siria nos vuelven a recordar que la naturaleza también manda, y en pocos días casi 20.000 personas han perdido ya la vida pudiendo llegar a los 5 millones de afectados. 
En situaciones como éstas, el drama de quien lo vive en primera persona es indescriptible pero también lo es el de sus familiares y personas queridas cuando no saben qué ha sido de ellas, si viven o no, en qué estado se encuentran, dónde están y qué necesitan.
Esta semana he podido conocer en persona el funcionamiento e historias de vida gestionadas por la Agencia Central de Búsquedas para el conflicto de Ucrania del Comité Internacional de Cruz Roja en Ginebra, que lleva 150 años con esta labor encomendada por los Convenios de Ginebra para momentos de conflicto y que puede realizar gracias a los esfuerzos de todo el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en todos los países del mundo y por los principios comunes de neutralidad, humanidad, imparcialidad e independencia.
La misión concreta de esta Agencia es ayudar a ambas partes del conflicto a establecer desde el inicio un registro de personas involucradas en el mismo: personas combatientes, detenidas, prisioneras y personas civiles desparecidas, para ayudar a buscarlas e identificarlas, velar por la protección de los derechos humanos y la dignidad de los fallecidos, y sobre todo poder llegar a restablecer los vínculos familiares estén donde estén. 
Es increíble escuchar los cientos de emails y llamadas que se reciben a diario de cualquier parte del mundo para poder saber, aunque sea una mínima información, de algún familiar afectado por el conflicto. Hay más de 20.000 casos abiertos actualmente y la labor de investigación y rastreo que se hace a través de analistas de datos, especialistas forenses, psicólogos y abogados es impresionante. El cómo se buscan, verifican y triangulan las miles y pequeñas informaciones entre todas las Cruces Rojas de los diferentes países, para ir reconstruyendo pasos, movimientos y trayectos de personas o familias, manualmente o con ayuda de la inteligencia artificial, hace posible que se pueda dar alguna respuesta a más del 75 por ciento de los casos.
Muchas de estas personas desesperadas por saber de algún familiar que puede estar en Ucrania, en Rusia, en los países limítrofes o en cualquier otro lugar, siguen en nuestro país, con nosotros. Del alrededor de 130.000 personas que han llegado a España, en Castilla y León siguen actualmente cerca de 4.000 tras un año de periplo, sin saber aún qué será de su futuro y con la incertidumbre permanente de si podrán volver con sus familiares.
La solidaridad material ayuda sin duda, pero hoy tras un año, quizás también necesiten sobre todo la sensibilidad y apoyo emocional de una comunidad en la que puedan establecer vínculos y lazos de amistad que les permitan sentirse integrados emocionalmente como en 'su casa' hasta que el momento del retorno llegue.