Maite Rodríguez Iglesias

PLAZA MAYOR

Maite Rodríguez Iglesias

Periodista


La mala educación

10/11/2023

La creciente desafección politica se evidencia en el descrédito de la ciudadanía en la clase política y en la sensación de que la democracia no funcionan tan bien como debiera. En momentos de una gran crispación muchos ciudadanos consideran que sus representantes políticos no son capaces de gestionar adecuadamente los problemas. Es una respuesta lógica ante las imágenes de cargos públicos haciendo gestos obscenos en los parlamentos regionales, como sucedió este miércoles en el de Castilla y León o en Cataluña, y renunciando a cualquier debate constructivo. Esto debería disparar todas las alertas ante el abuso reiterado del gusto por recurrir al insulto o las vejaciones, que se está normalizando con la 'nueva' política.
Aunque no hace falta ser muy avispado para entender que unas formas y una oratoria tan chabacana y barriobajera evidencia la impotencia propia de la ignorancia y el prejuicio, que convierte a esos políticos en marionetas sin pensamiento propio. Algo inaudito cuando estamos ante la generación supuestamente mejor formadoa académicamente. Resulta incomprensible que se haya dejado de lado el defender las ideas con argumentos y razonamientos, con un lenguaje respetuoso y que permite la discrepancia. La mala educación de algunos cargos no es ejemplarizante para la sociedad, y no son pocos los que consideran que avala una barra libre, como hemos visto en algunas manifestaciones esta semana.
Los representantes públicos deben ser conscientes de que en sus comparecencias públicas no hay lugar para estas faltas de educación y de respeto hacia sus adversarios políticos, que no enemigos. No hay justificación alguna para dejar de defender una idea con argumentos razonados. Y si no habrá que recordarles la sentencia de Plutarco de que la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino además parecerlo.
La desafección no implica que la sociedad sea ajena a la política y a los efectos indirectos de sus malas artes. La falta de educación que se exhibe en las tribunas, y se replica en los medios de comunicación y las redes, se está generalizando en otros espacios como los debates de televisión y radio, donde muchas veces quien más grita, sin dejar hablar a los demás, es quien gana. Y los más permeables a reproducir, por imitación, eso modos son los más jóvenes. Si el futuro pasa por formar nuevas generaciones educadas y críticas mejor evitarles tanto ejemplo de mala educación.