Los pucelanos hacen un parón en feria para verlos. Da igual dónde se encuentren o qué estén haciendo. En el momento en el que se ven en el cielo, la ciudad hace una pausa para admirar los destellos y majestuosidad de los fuegos artificiales. Con la peña, en familia o solos, es un espectáculo que se disfruta y se vive con intensidad. Colores y formas llenan la noche de Valladolid durante ocho sesiones.

Pero este año es un poco más especial. Los días de fuegos artificiales tendrán uno destacado por ser la primera vez que se pone en marcha un espectáculo piromusical el viernes 8. Pirotecnia Xaraiva, la encargada de esta actuación, invertirá cinco días en el taller para su montaje y serán seis personas la que participen en él. El espectáculo comenzará con una asombrosa calidad de efectos. «Luego se alternarán figuras con destellos  novedosos que darán pie a composiciones aéreas de gran belleza», explica la empresa sobre este proyecto.

En todo el espectáculo hay carcasas, monotiros y volcanes variados de fabricación propia, por lo que siempre están innovando. «En todo momento, el cielo estará cubierto por una amplia gama de colores que se fundirán para dar pie a movimientos digitalizados a los pies de las fachadas. Cada sección terminará con arrebatos fuertes para mantener la emoción del público».