Parada y posta en el Polígono San Cristóbal

M.B.
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César Lomas abre las puertas del Argales 2, continuidad del Argales, el primer restaurante en polígonos industriales de Castilla y León

Cocina del Argales 2. - Foto: Jonathan Tajes

Se llama Argales 2 pero se encuentra en el polígono de San Cristóbal. Allí instaló César Lomas su concepto de café-bar-restaurante que había comenzado en el polígono de Argales. Lo hizo a finales de los años 80, después de abrir el Argales 1 en la calle Daniel del Olmo González. Natural de Villadiego de Cea, en León, estudió Bachillerato Superior, y arribó a Valladolid para hacer el servicio militar obligatorio en España, conocido como la mili. Aquí se quedó: «Mi familia no era muy pudiente y me puse a trabajar a la vez que estaba en la mili». Primero vendiendo libros y luego frutos secos y golosinas, recorriendo muchos polígonos industriales del país.

«Conocía cómo funcionaban y en 1984 salió a concurso un restaurante de la mano de la Asociación de Propietarios del Polígono Industrial de Argales. Junto a Daniel Vaquero, luego dueño de los hoteles Mozart y Amadeus, ganamos el concurso», recuerda. Daniel salió del proyecto a los seis meses para embarcarse en el hotel Mozart y César se quedó con el Argales 1. «Hicimos un bar-restaurante de comidas, bocadillos, raciones... fuimos los primeros de todos los polígonos de Castilla y León», añade.

A los cinco años decidió ampliar el negocio hacia el Polígono San Cristóbal. Aquí fue el segundo local de hostelería en abrir, tras el Bar El Primero. Se instaló en la calle Pirita, 4, donde sigue desde entonces, hace ya más de tres décadas.

Cocido castellano en el Argales 2.Cocido castellano en el Argales 2. - Foto: Jonathan TajesEntre medias, César Lomas estuvo diez años en la bodega Los Tarantos, en Boecillo, e hizo el hotel Ruta del Duero en el polígono La Mora. Además, la familia cuenta con el restaurante Pirita, muy  cerca del Argales 2.

«El concepto aquí es el típico de un polígono», explica Lomas, con un menú diario de lunes a viernes; apertura solo para comidas y un trato rápido y ágil con la clientela: «Abrimos desde las seis de la mañana hasta las once de la noche entre semana y hasta el mediodía los sábados. Damos desayunos, almuerzos, comidas... siempre basados en la cocina tradicional castellana».

En su menú diario, por 12 euros, hay cinco primeros y cinco segundos a elegir, donde nunca faltan un plato de cuchara, una ensalada, pasta, arroces o verduras: «Siempre de cercanía y temporada». Entre sus segundos, pescados, pollos y ternera. Y alguna sugerencia, fuera de menú, en función del mercado, al que acude diariamente el propio César Lomas para elegir los productos: «Trabajamos con los mismos proveedores desde hace años, tirando mucho de nuestra huerta, de Laguna y Tudela. Y acudiendo a diario a Mercaolid».

Cambian ese menú todos los días –con opción para recoger en el restaurante–, aunque hay uno que se mantiene fiel desde hace años, el jueves de cocido. Por el mismo precio, más de la mitad de los clientes de esos jueves se decantan por un cocido castellano completo, que empiezan a preparar el día anterior y que rematan justo antes de las comidas. Además, cuentan con una carta de raciones, con rabas, ensaladilla, lacón, callos, oreja, asadurillas... 

Con una capacidad para 120 comensales en su interior, tienen una terraza para otro centenar para el buen tiempo. Y en su local se pueden encontrar viajantes y representantes que acuden al polígono, obreros, trabajadores de oficinas e incluso del cercano hospital Río Hortega: «La clave es una buena preparación y la rapidez en el servicio. Mucha gente viene con prisa y en 20 minutos puede comer comida casera».