Alfonso González Mozo

PLAZA MAYOR

Alfonso González Mozo

Periodista


No es racismo

07/01/2023

No, lo de Vinicius del otro día en el estadio José Zorrilla no es racismo. No lo es, se ponga como se ponga el presidente Ronaldo, el palmero Tebas y el propio jugador. Es obvio que hubo insultos xenófobos, pero en Valladolid no hay ningún problema de racismo, por mucho que la maquinaria mediática madridista se haya empeñado en condenar a la afición blanquivioleta.

Todos aquellos que llamaron 'mono' o 'puto negro' a Vinicius se equivocaron, claro que sí, y puede que alguno se arrepienta de sus gritos como sea identificado en la grabación con el palabro en la boca. Pero en el estadio no hubo ningún clamor ni cánticos xenófobos, como dice LaLiga, porque los insultos fueron tan minoritarios que ha habido que purgar los audios de los medios de comunicación y tirar de grabaciones de móviles de aficionados para llegar a escucharlos.

En Zorrilla no se vivió ningún aquelarre racista ni los 26.000 que estábamos allí somos miembros de ninguna banda supremacista. Es más, un minuto antes del lío, el Madrid llegó a tener sobre el césped a siete (de once) jugadores de color y la afición blanquivioleta no prendió ninguna hoguera ni hubo un solo grito xenófobo.

El problema lo generó Vinicius y la pena es que esos pocos insultos racistas han servido de cortina de humo para salvar al brasileño y convertirlo en víctima. Porque quizá sin la coartada de esos exabruptos xenófobos, las autoridades futbolísticas se habrían visto obligadas a juzgar lo que el árbitro debió incluir en el acta del partido. Lo más evidente fue ese "estás loco" que le dedicó Vinicius al colegiado cuando se iba del campo y que debió valerle una tarjeta roja al brasileño; y, si no, que le pregunten a Feddal o a Sergio León. Pero aún más grave fue su provocación al público cuando fue sustituido, con constantes gestos mientras daba la vuelta al campo, desafiando a todos y que tuvo su culmen cuando llegó al banquillo y se encaró con los aficionados para desazón del propio delegado del Real Madrid; y esto deberían ser de 4 a 12 partidos de sanción.

Pero de todo esto no se habla porque sería impopular acusar a la víctima de un presunto ataque racista, porque parecería que se están justificando los insultos xenófobos y estos son tan injustificables como torpes. Vinicius es un impresentable y un provocador, y poco importa su color de piel. Nadie insulta a Rodrygo o a Camavinga, porque aquí no hay ningún problema de racismo, ni en los campos de fútbol ni mucho menos en Zorrilla.