La segunda peor cosecha de cereales de invierno en Castilla y León de este siglo. Los números hablan por sí solos: la recolección retrocede un 37%, hasta los 3,23 millones de toneladas, y el valor de la producción se hunde un 53%, hasta los 850 millones. Estos son es la realidad que vive el campo de Castilla y León tras un año marcado por la «sequía y las altas temperaturas», y que el consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, no dudó ayer en calificar como «muy mala». El responsable agrícola de la Junta visitó Sahagún (León) para dar a conocer los datos de la cosecha del cereal de invierno, y donde informó que la cosecha cayó este año hasta los 3,24 millones de toneladas, la mitad de la media de los últimos años, situada en 6,7 millones. El segundo peor dato del siglo, solo superado por el del 2017. «No ha habido ningún año tan malo como este».
Dueñas recordó que el año se inició con un otoño «más cálido y con una pluviometría por encima de la media», lo que «favoreció un buen desarrollo vegetativo del cultivo». Sin embargo, a partir del mes de febrero, comenzó a dejar de llover, provocando una «situación de escasez de lluvias» que se incrementó durante abril y mayo, cuando la lluvia «ya no pudo solucionar prácticamente nada del cereal de otoño, aunque arregló algo los cultivos de primavera».
En cuanto a la superficie de la campaña, es de 1,64 millones de hectáreas, lo que supone un diez por ciento menos que la del año pasado y un doce por ciento menos que la de los últimos cinco años. Dentro de esta reducción, el consejero de Agricultura destacó que unas 111.000 hectáreas, sobre todo en las provincias de Salamanca y Zamora, se secaron en verde por la sequía y que los cambios normativos en la Política Agraria Común «hicieron que parte de la superficie de cereal haya ido a leguminosas o a girasol».
El trigo sigue en cabeza. Un año más, el trigo es el cereal más sembrado con 762.000 hectáreas y una producción estimada de 1,64 millones de toneladas, seguido de la cebada, con 704.000 hectáreas y una producción de 1,34 millones de toneladas. Al centeno se dedican 59.000 hectáreas, 83.000 hectáreas a la avena y 30.000 al triticale, cultivos que, en conjunto, alcanzan una producción de 262.000 toneladas. Respecto a los rendimientos, la media se sitúa en 1.980 kilos por hectárea, lo que es un 30% menos que el año pasado y un 45% inferior que el de los últimos cinco años. Sin embargo, «el trigo se comportó mejor que la cebada», y se quedó en los 1.150 kilos, según informa la Agencial Ical.
El consejero también señaló que la valoración de la cosecha, estimada a precios de hoy, se situaría en unos 850 millones de euros, lo que supone un 54% menos del valor de la producción de año pasado en un año en el que «el sector ha tenido que sufrir los mayores costes de producción que se conocen históricamente». Dueñas explicó que esto contrasta con los altos costes de producción que soportan los profesionales agrarios. Por ejemplo los abonos de sementera, que han aumentado un 70 por ciento y el gasóleo un cincuenta por ciento, han provocado un descenso del valor de la cosecha «de entre un 53% y un 54 por ciento».