Unas 30.000 personas pasarán este fin de semana por Tordesillas por la celebración del Mercado Medieval. Las calles del municipio vuelven al medievo durante dos días. El marco medieval de las calles y plazas del pueblo otorga a este mercado una gran vistosidad y recrea a la perfección el ambiente de hace más cinco siglos.
Estandartes y pendones cuelgan de los balcones del casco histórico de la villa, músicos, malabaristas, saltimbanquis, comedores de fuego, señores feudales, damas, príncipes y princesas, monjes, labriegos, soldados, brujas, mendigos, trovadores y un sin fin de personajes realizan entretenidos y coloristas pasacalles que recorren el casco histórico. Los tordesillanos participan ataviados con trajes de la época y son muchos los artesanos de toda España que aprovechan este escaparate para la promoción de sus productos.
El mercado medieval de Tordesillas se celebró por primera vez en el año 1994, fecha en la que se conmemoraba el V Centenario del Tratado de Tordesillas. Desde el año 1995 la organización ha corrido a cargo de la Asociación de Empresarios y Profesionales, y año tras año ha ido incrementando el número de personas que lo visitan, convirtiéndose en un hito de la oferta turística y cultural de Castilla y León.
Mercado Medieval de Tordesillas - Foto: D.V.El acalde del municipio, Miguel Ángel Oliveira, desatacó que entre los dos días son unas 30.000 los visitantes que llegan hasta el municipio para disfrutar del mercado y destacó el trabajo que ha hecho el equipo de Gobierno para dotar de agua corriente a los puestos participantes.
Como novedad, el regidor resaltó una nueva actividad en la que un grupo de arqueras enseñará a los más pequeños a disparar las flechas a la diana, que tendrá lugar a partir de las siete de la tarde del sábado en el aparcamiento Master Dei, en la calle Santa María.
Todo se acompaña con teatro en las calles de día, y espectáculo de fuego por la noche. Así transcurre el tiempo, paseando entre mendigos, vendedores de miel y remedios milagrosos. La Reina Juana volverá a hacer aparición en el pueblo durante los dos días para pasear entre los vecinos que la localidad y ayudar a los visitantes a volver a viajar en el tiempo para conocer de primera mano la forma de vida de la Edad Media.