Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Carteros

13/07/2023

Las oficinas de Correos son carpetovetónicas, como los "teleclub", el ponche Caballero o el transistor y el marcador simultáneo "Dardo". A Correos iban las madres con el paquete para el chico, que en la mili había "gusa" y a los reclutas les venía de perlas el embutido. A Correos se iba a poner el "giro" o a recibirlo, el telegrama con la urgencia de la familia y  la carta certificada para avisar de la devolución de la letra.

Ahora se han convertido en el centro del terremoto. Las elecciones caniculares convierten a Raphael en moderno ("a veces llegan cartas que te dan la vida, que te dan la calma"), el que faltaba en la ecuación celtibérica. Estos dias, un rato en una oficina de Correos es más valioso que siete encuestas del CIS: los operarios gestionan, asesoran, orientan, se desesperan ante la avalancha de un sistema de voto complejo; un arma de destruccion masiva en pleno mes de julio de un tórrido verano. Ves a la gente que se desespera porque no le ha llegado el sobre, ves a los mayores que nunca votaronn así forcejeando con impresos y certificados. Y ves a sujetos enardecidos, jubilosos, dichosos, porque han podido votar. Se dan la enhorabuena. No saben que en voto tiene aún que llegar a tiempo a la mesa electoral.

Sólo los carteros saben lo que es rastrear buzones con documentos de voto urgente en estos días fogosos; lo sabe el cartero y el que lo mira, solidario con su proeza. Esta columna es un homenaje a todos ellos y a los operarios de Correos. De su proeza cotidiana depende ahora la maquinaria electoral, un apreciable porcentaje de voto y la materialización de la capacidad como electores de cientos de miles de veraneantes. Seguro que ellos pueden. España le debe mucho a Correos y parece que se lo vamos a seguir debiendo en, el país de la machada, en país de Bertin, padre a los casi setenta. Pues eso, que viva Braulio, el cartero de "Crónicas de un pueblo" y sus postreros sucesores. 

ARCHIVADO EN: Correos, Raphael, CIS, Terremoto, España