Los grandes movimientos en las plantillas de un club llevan siempre asociadas palabras-tópico como «reestructuración» si hay poco cambio, «regeneración» si hay bastante, «revolución» cuando es grande… pero lo del Chelsea 23/24 va un paso más allá. Es casi una 'refundación' después de que el dueño, el multimillonario estadounidense Todd Boehly haya destruido todos los papeles de un proyecto que arrancó hace apenas 425 días.
El 30 de mayo de 2022, el líder de Eldrige Industries (propietaria del 27 por ciento de los Lakers y el 20 de los Dodgers) puso el dinero sobre la mesa de la entidad londinense: 4.971 millones para sentarse en el despacho de Roman Abramovich, 'desterrado' del Reino Unido tras la invasión de Rusia a Ucrania. Se abría un tiempo de profunda reflexión en Stamford Bridge, pero también de aparente estabilidad después del caos: los jugadores del Chelsea llegaron a pagar desplazamientos de sus propios bolsillos porque los activos del club estaban congelados por orden del Gobierno británico.
Con la llegada del nuevo propietario, el equipo 'blue' batió un récord histórico, convirtiéndose en el club que más dinero había gastado en fichajes en una sola temporada. Entre las ventanas de verano e invierno de la 22/23, invirtió 611 millones de euros: pagó al Benfica 121 por Enzo Fernández, 80 al Leicester por Fofana, 70 (más 25 en variables) al Shakhtar por Mudryk, 63,5 al Brighton por Cucurella, 57 al City por Sterling, 38 al Nápoles por Koulibaly, 12 al Barça por Aubameyang… e invirtió en futuro: 38 'kilos' abonó por Badiashile (21 años) al Mónaco, 35 al PSV por Madueke (20), 30 al Lyon por Malo Gusto (19), 15 al Inter por Cesare Casadei (20), 13 al Vasco Da Gama por Andrey Santos (18) o 12 al Molde por Datro Fofana (20).
El balance del curso era negativo en más de 543 millones, ya que apenas había sacado 68 en las salidas de Timo Werner, Emerson, Jorginho, Gilmour o Batshuayi, y vio cómo algunos pilares defensivos de la entidad (Rüdiger, Christensen o Marcos Alonso) se iban a coste cero a Real Madrid o Barcelona. Y el desastre contable del ejercicio se tradujo en un desastre deportivo descomunal: dos técnicos fulminados (Tomas Tuchel y Graham Potter, para que Frank Lampard terminase el curso de mala manera) y un equipo que concluyó duodécimo a 45 puntos del City y a 17 de plaza europea.
El gran cambio
Boehly ha entregado a Mauricio Pochettino las llaves de la 'refundación' deportiva del Chelsea. El argentino regresa a Inglaterra después de dos años en el Southampton y, sobre todo, cinco temporadas y media en un Tottenham al que ayudó a consolidarse entre la élite de la Premier League. Ahora, todo pasa por una gran 'operación limpieza'. Son 14 las bajas que lleva el club… y pueden ser más. Ha vendido (por valor de 254 millones) a Havertz, Mount, Kovacic, Koulibaly, Pulisic, Mendy, Loftus-Cheek y Ampadu; y ha visto salir con la carta de libertad a mitos 'blues' como Kanté y Azpilicueta (también Aubameyang) y vuelven a sus clubes tras cesión Joao Félix (Atlético de Madrid) y Zakaria (Juventus).
De momento, son 'solo' 110 millones de euros los invertidos en Nkunku (Leipzig), Nicolas Jackson (Villarreal) y Angelo (Santos), y el combinado londinense tiene guardados otros 45 para pujar fuerte por el mediocentro ghanés Kudus (Ajax)… pero, antes de dar entrada, necesita seguir 'sacando' lastre: faltan piezas en el mediocampo, pero sobran en ataque, donde las incógnitas empiezan en saber qué hacer con Lukaku, pero también con Hudson-Odoi, Ziyech, Maatsen… Todo está aún por construir.