Vallisoletanos en China: «Hay una gran psicosis»

R.G. / M.B.
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Tres emigrados relatan la tensión que se está viviendo en el país asiático tras la eclosión del coronavirus

«Intento vivirlo con normalidad pero hay una gran psicosis»

Valladolid también está presente en China. Los emigrados relatan que están viviendo una situación tensa por el coronavirus. Tres de ellos relatan su día a día desde que se desató la crisis por la infección en el país asiático. 

David Ahijado llegó en mayo del año pasado a Guiyang, provincia de Guizhou, donde se incorporó a un proyecto para mejorar el rendimiento de deportistas de elite chinos de diferentes modalidades, como boxeo, gimnasia deportiva y artística, levantamiento de peso, natación, atletismo y tiro olímpico. Fisioterapeuta del Real Valladolid, CB Valladolid y Atlético Valladolid, entre otros clubes deportivos, asegura, sobre el coronavirus, que sus «sensaciones son o que están siendo exagerados o que es más de lo que nos están contando». 

Esta semana la ha pasado en Hong Kong, ya que les han alargado las vacaciones de año nuevo hasta el 3 de febrero, cuando realmente terminaban el 30 de enero. «En la ciudad hay absoluta normalidad. Usamos mascarillas y nos lavamos las manos a menudo pero los centros comerciales están llenos al igual que el metro, por ejemplo», habla vía telefónica desde el territorio autónomo al sureste de China. 

El vallisoletano trata de abstraerse de todo lo que  se está viviendo en el país asiático: «No veo mucho las noticias, intento vivirlo con normalidad pero por lo que le escucho a mi traductora, hay una gran psicosis aquí. Tuvieron un brote bastante grave a principios del 2000 y no quieren cometer los mismos errores».

«Intento vivirlo con normalidad pero hay una gran psicosis»«Intento vivirlo con normalidad pero hay una gran psicosis»En la ciudad en la que él reside, a unos 1.000 kilómetros del principal foco, Wuhan, solo se había conocido esta semana un caso, pero reconoce que «se han llegado a cerrar ciudades por ello». Este viernes regresó a ella y, como a muchos extranjeros, le toca estar en cuarentena en un hotel diez días. 

Su contrato finaliza en mayo de este año, aunque no sabe lo que le deparará el futuro. De momento, toma las mismas precauciones que sus hoy compañeros de país.

EN HANGZHOU

Javier Cantalpiedra llegó en julio de 2019 a China para reunirse con su familia. Su esposa es de origen chino y tienen dos hijos mellizos de tres años y medio. Ahora, se encuentra en el pueblo natal de su mujer, de nombre Yuhangcun perteneciente a Shouchang, que a su vez está dentro de los límites de Jiande a unos 200 kilómetros de la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang. En Hangzhou, ciudad donde reside de forma habitual en estos momentos hay 51 personas con el virus. Teniendo en cuenta que es una ciudad de unos diez millones de habitantes, en principio es una cifra muy baja. Por otra parte, la provincia de Zhejiang en especial, es una zona muy rica y desarrollada, con 57 millones de habitantes, y se están tomando todas las medidas oportunas para evitar el contagio. 

«En otro orden de cosas, las vacaciones del año nuevo chino todavía no han terminado, lo que, en parte explica que las ciudades estén vacías, aunque no hay que obviar que las familias permanecen en sus casas y no visitan a otros parientes para evitar el posible contagio», explica Javier Cantalapiedra. 

«Intento vivirlo con normalidad pero hay una gran psicosis»«Intento vivirlo con normalidad pero hay una gran psicosis»El Gobierno chino ha extendido las vacaciones hasta el día 10 de febrero a la espera de la evolución de la situación, por lo que se evitará que se propague el virus en la vuelta a casa de las personas que han ido a visitar a sus parientes.  

Con relación a su situación personal, considera que el lugar donde está con su familia y su hermano, es muy seguro, ya que está en un entorno natural privilegiado y la población es muy escasa. Por último, Javier Cantalapiedra resalta la importancia de las medidas que ha tomado el Gobierno chino, entre las que destaca la puesta en cuarentena y la prohibición de movimientos de más de 40 millones de personas en el epicentro de la enfermedad. «Hay que estimarlo en su justa medida, y reconocer su dificultad».

FISIOTERAPEUTA EN DALIÁN

César Pérez Merino afronta su segunda temporada como fisioterapeuta del Dalian Yifang, club de fútbol de la Super Liga China, en el que coincide este año con Rafa Benítez, además de otros españoles. Estos días se encuentra en su casa en Valladolid, después de realizar parte de la pretemporada al sur de China, concretamente en Xiamen: «Teníamos pensado iniciar esta misma semana la segunda parte de la preparación en Marbella, pero en principio se ha retrasado hasta el fin de semana por temas de desplazamientos desde allí por la niebla». 

En su ciudad, Dalian ya se habían descubierto cuatro casos hasta el momento y reconoce que hay «incertidumbre porque la epidemia está creciendo». Incluso el arranque de la Liga, fechado para el 22 de febrero, se ha aplazado sin fecha, igual que había pasado con la Supercopa.

«Estamos hablando de ciudades de 7, 10 o 15 millones de habitantes, que ahora mismo están desérticas. Es verdad que al coincidir con el Año Nuevo se ha podido evitar que la gente salga tanto a la calle», explica, añadiendo que «es obligatorio ir con la máscara. Nosotros estábamos estos días pasado en el hotel de concentración sin problemas, pero los últimos nos aconsejaron no salir y si lo hacíamos siempre con las máscaras». 

El vallisoletano, que fue jugador de balonmano en la Liga Asobal y fisioterapeuta, entre otros, del VRAC o de la selección española de voleibol, llegó a China a través de Bernd Schuster. 

Ahora, desde España, ve con cierto temor lo que está ocurriendo en su país de residencia, a la espera de noticias sobre cómo evoluciona el famoso ya coronavirus.