Un proyecto nuevo que nace junto al Canal de Castilla. En la calle Dársena, en el corazón del barrio de la Victoria abrió sus puertas el pasado mes de diciembre La Dársena del Canal. Un establecimiento que se puso en marcha gracias a la ilusión y las ganas de David San José, después de trabajar durante varios años en el sector. Ha querido poner su sello en una cocina de autor que ofrece a sus comensales innumerables posibilidades a la hora de sentarse a la mesa.
San José tenía claro que debía abrir un establecimiento que ofreciera cocina de autor siempre mirando por los productos de calidad y proximidad. Una oferta escasa en la zona. Por ello, se puso manos a la obra y diseñó su equipo con Marcos Velasco (@marcosvelascochef) al frente de los fogones y otros cuatro empleados para sacar adelante un proyecto diferente. Una carta concreta, con creaciones diferentes basadas en elaboración innovadora y productos de calidad llegado desde proveedores cercanos que posibilite ofrecer nuevos sabores y texturas a los clientes.
Consciente de la dificultad de comenzar con un nuevo proyecto hostelero en los meses donde la pandemia aún colea en Valladolid, reconoce que los resultados están siendo esperanzadores gracias a esta apuesta por la calidad del producto. Entre su carta, llama la atención la amplia gama de carnes, llegadas desde Salamanca, que los comensales puedan degustar en distintas etapas de maduración. «En todo aquello que podemos traemos nuestros productos mediante proveedores de cerca de Valladolid, como por ejemplo el queso u otros productos. Queremos dar importancia a la calidad de los alimentos que se producen aquí».
Delicias de proximidad al lado del CanalSe podría decir que el restaurante abre en tres fases. Desayunos, comidas y cenas. Las tres partes están claramente diferenciadas en su carta. A partir de las nueve de la mañana, las tostas, los pinchos, los sandwich o incluso los yogures aparecen en escena para los clientes más madrugadores. En un comedor que puedan albergar unos 30 comensales, los primeros clientes degustan la primera comida del día.
Los platos más fuertes llegan a la hora de comer. «Los comensales se suelen decantar más por la carne a la hora de comer y más pescado por la noche». Se podría decir que las creaciones más contundentes llegan a esta hora del día. La carne, de Vacavieja sale directamente de la cocina a la mesa, siempre acompañado con algún buen secreto del establecimiento.
Pero para nada se descuidan los pescados. De hecho, el plato estrella de la casa es el rodaballo, que se elabora con pisto casero al estilo tradicional , con mayo de piparras y eneldo y katsuobushi (atún deshidratado), lo que hace que parezca que el plato «está vivo» cuando se sirve en caliente. Se trata de la especialidad de la casa y un plato que cuenta con una gran aceptación entre la clientela. «Queda muy bien».
El ticket medio en el restaurante puede rondar los 35 euros con vino y postre. «Comiendo muy bien», aclara San José. Y qué mejor forma de acabar que con los postres elaborados también en los fogones del restaurante. Delicias exquisitas realizadas con todo tipo de productos y alimentos.
La Dársena de la Victoria se ha convertido de esta forma en un espacio que, sin prisa pero sin pausa, ha conseguido hacerse un hueco tanto dentro de la gastronomía del barrio de La Victoria como del resto de la ciudad. «La verdad es que recibimos clientes que llegan desde la zona y otros que vienen desde otros barrios, nos vamos haciendo un hueco». Un hueco delicioso, la verdad.