La economía rompe la previsión y crece un 2,7% en 2023

David Alonso
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El consejero de Economía reconoce una situación «mejor de lo esperada» en 2023, aunque el campo vuelve a arrojar números rojos y pierde producción por segundo año consecutivo

Interior de una empresa situada en la provincia de Burgos. - Foto: Luis López Araico

La economía de Castilla y León registró en 2023 un crecimiento del 2,7 por ciento y ya roza los 70.000 millones de euros de Producto Interior Bruto soportado por el repunte del sector industrial, la estabilidad de los servicios, y un año histórico de las exportaciones. Un avance que por primera vez en cuatro años es un crecimiento «neto», después de que los registrados en 2021 y 2022 fueran para mitigar el latigazo de la pandemia en la economía de la Comunidad. «Es un dato mucho mayor de lo que esperábamos cuando elaboramos las previsiones», reconoció el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, durante la presentación este lunes de la Contabilidad Regional Trimestral. Una afirmación que llega después de que la previsión de crecimiento del PIB que manejaba el Ejecutivo regional para el 2023 era del 1,6 por ciento, casi un 70 por ciento inferior al 2,7% que finalmente se ha registrado. Es incluso mayor a la actualización de la estimación de crecimiento que presentaron hace quince días junto al proyecto de Ley de Presupuestos para 2024, en el que dejaban el repunte del PIB el pasado año en el 2,3%, cuatro décimas menos del dato anunciado ayer.

Las causas de este importante desfase, según el propio Fernández Carriedo, son que cuando lanzaron sus estimaciones, Castilla y León se enfrentaba a una alta tasa de inflación y una subida continua de los tipos de interés que «nos hacía ver una caída de las inversiones y un impacto sobre la industria». «Y sin embargo hemos tenido un impacto muy positivo en esos dos factores por encima de lo que considerábamos, y estos sectores se han comportado mejor de lo que esperábamos».

El crecimiento de la economía de Castilla y León durante 2023 se basó en el sector industrial, los servicios, las exportaciones y la formación bruta de capital –las inversiones empresariales–, mientras que el frenazo del consumo interno y la cuesta abajo sin final de la agricultura y la ganadería impidieron un mejor dato en la Contabilidad Anual autonómica. Precisamente, sobre la situación del sector primario se detuvo el consejero de Economía y Hacienda, que explicó que el pasado año cayó un 8,7 por ciento, que se une al casi 13 por ciento que ya perdió en 2022 marcados por la sequía y el encarecimiento de los insumos. «Sería difícil una tercera bajada consecutiva pero todavía es una estimación que no se puede confirmar», apuntó Fernández Carriedo, que deslizó que «lo normal» tras dos años consecutivos de caída del sector primario sería que este año se produzca una recuperación en términos de valor de la producción agroganadera.

En cuanto al resto de sectores, la industria creció un 3,8%; los servicios tuvieron un dinamismo del 3,5 por ciento; y la construcción elevó se producción un tres por ciento. Del lado de la demanda, el saldo exterior aportó 2,9 puntos positivos al PIB, sustentado sobre el récord histórico de exportaciones conseguido en 2023, con más de 17.000 millones de euros despachados al extranjero. También en positivo destacó la evolución de la formación bruta de capital –las inversiones–, que repuntaron un 3,2 por ciento.