Valladolid 'pierde' 50 trasplantes cardiacos en 10 años

Óscar Fraile
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Las derivaciones a otras comunidades han hecho que el Clínico no alcance la actividad mínima marcada por la ONT, y el volumen se reducirá ahora a la mitad tras la decisión de Sanidad de abrir otro programa en el hospital de Salamanca

Trasplante de corazón realizado en el Hospital Clínico Universitario. - Foto: Ical

La decisión de la Junta de Castilla y León de poner en marcha un nuevo programa de trasplante cardiaco en Salamanca que asuma la mitad de la actividad que viene realizando hasta ahora el Clínico se ha encontrado con el rechazo frontal de la comunidad científica y de los pacientes afectados. Una oposición que tiene su base en el informe elaborado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), a petición de la propia Junta, para valorar la conveniencia de esta medida. Una de las conclusiones de este documento es tajante: «Atomizar esta actividad añadiendo otro programa podría repercutir negativamente en los resultados post trasplante de los pacientes en lista». En ese mismo párrafo, la ONT cita un registro de la International Society for Heart and Lung Transplantation para recordar que «un programa de trasplante cardiaco debe realizar una actividad mínima de 20 trasplantes anuales en el caso de los adultos», y añade que la «actividad mínima tolerable» por parte de la ONT es 15 intervenciones.

Desde que se pusiera en marcha este programa, a mediados de 2001, el Clínico solo ha alcanzado una vez esa cifra, con los 15 del año pasado. Es decir, dividir este programa en dos unidades dejaría a ambas muy lejos de la actividad mínima recomendada y eso implicaría, según los expertos, un riesgo de incremento de la mortalidad de los pacientes atendidos, por falta de práctica de los profesionales. «Rogamos que la decisión de abrir un programa de trasplante cardiaco en Castilla y León sea estudiada con la máxima prudencia», prosigue el informe de la ONT.

Pese a ello, la Junta de Castilla y León parece decidida a seguir adelante con esta medida. Al menos eso es lo que se desprende de las palabras del portavoz del Gobierno regional, Carlos Fernández Carriedo, quien, además, ha asumido temporalmente las funciones del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, de baja por una intervención quirúrgica. Según él, esta medida no supone dividir el programa, sino fortalecerlo, ya que se suma «todos» los esfuerzos y los recursos disponibles.

Evolución de los trasplantes de corazón en Valladolid.Evolución de los trasplantes de corazón en Valladolid.

El informe de la ONT también insta a la Junta a «ahondar en los motivos» por los que pacientes de la Comunidad que podrían ser atendidos en Valladolid son derivados a otras comunidades. Según los datos facilitados por la Organización, en la última década fueron 50 los intervenidos fuera de Castilla y León, muchos de ellos en Madrid. Sin ir más lejos, el año pasado se desplazaron cuatro a la capital y otro más a Cantabria.

Fuentes sanitarias consultadas por este periódico explican que la decisión de que a un paciente se le opere en una comunidad u otra depende exclusivamente del médico, aunque los facultativos suelen tener en cuenta las sugerencias de los trasplantados respecto a la «comodidad» que les supone el lugar elegido, ya sea porque tienen familiares allí u otros motivos.

Los datos de la ONT demuestran que durante la última década Valladolid habría estado todos los años por encima de los 15 trasplantes marcados como actividad mínima si se hubieran hecho en el Clínico las intervenciones que se derivaron a otras comunidades. En 2018 y el año pasado, incluso, habría llegado a 20. «Entendiendo que los pacientes pediátricos deben trasplantarse fuera de la Comunidad, deberían analizarse las razones por las que un número no despreciable de pacientes adultos no se listan en el Hospital Clínico Universitario», incide el informe de la ONT. Este periódico intentó ponerse en contacto con el responsable de Cardiología del hospital de Salamanca, desde donde se derivaron cuatro pacientes a Madrid el año pasado, pero la Consejería de Sanidad rehusó facilitar cualquier tipo de declaración y remitió a las palabras de su portavoz en rueda de prensa.

El coordinador de la Unidad de Trasplante Cardiaco e Insuficiencia Avanzada del Clínico, Luis de la Fuente, reconoce que en los primeros años del siglo, cuando el programa de Valladolid estaba recién creado, muchos médicos optaban por otras comunidades con más experiencia. Aunque ahora, cuando la calidad del servicio de Valladolid está acreditada por la ONT, los especialistas, y por sus propios resultados, se mantiene esta costumbre. Bien es cierto que en algunos casos es obligado hacerlo, como los trasplantes pediátricos, los cardiopulmonares y algunas cardiopatías congénitas «muy complejas», pero son una minoría respecto al total.

Los profesionales sanitarios vinculados al programa de Valladolid aseguran que Sanidad no les ha dado ninguna «explicación técnica» para justificar una decisión que no comparten y no entienden, pero que acatarán si finalmente se lleva a cabo. Entre otras cosas, porque serán ellos los que colaboren en la formación de los profesionales de Salamanca.

El propio De la Fuente reconoce no entender la decisión. «Está demostrado científicamente que por debajo de un número determinado de trasplantes, la calidad desciende», señala. Según él, los 15 que se hicieron el año pasado en Valladolid demuestran que «el engranaje está engrasado», pero «si solo se hacen seis o siete, ese engranaje se va oxidando».

La intención de la Junta es tener listo el programa de Salamanca antes del verano, pese al exigente trabajo de coordinación que implica. Por ejemplo, en Valladolid se dieron los primeros pasos para implantarlo a principios de 2001, la autorización llegó a mediados de ese año y no se hizo la primera intervención hasta noviembre. Es decir, casi un año. 

«Esta decisión va en detrimento de la supervivencia de los pacientes»

El presidente de la Asociación de Trasplantados de Corazón de Castilla y León, Emilio Bautista, considera que la medida que tiene previsto tomar la Junta «va en detrimento de la supervivencia de los pacientes», sobre todo en los primeros años en Salamanca, cuando el equipo no esté tan rodado. «Estamos completamente en contra, esto va a generar más efectos adversos que positivos», opina. Bautista también hace referencia a las palabras del portavoz de la Junta, en las que aseguraba que la Junta intenta sumar recursos y esfuerzos. «Dividir no es sumar», sentencia. El representante de la asociación cree que la apertura de este nuevo programa no solo compromete las posibilidades de supervivencia de los futuros trasplantados, sino que también es «gravoso» para los que ya han pasado por quirófano, puesto que tienen que recurrir a estos profesionales para hacer controles periódicos: «Es un trabajo que también requiere de una cierta experiencia, que no van a tener». La asociación se ha intentado poner en contacto con representantes de la Consejería de Sanidad para obtener una respuesta, pero no lo ha conseguido. Bautista pide a los responsables que prioricen «el bien común» por encima de otras consideraciones políticas.