La preparadora física del Fundación Aliados desde hace tres temporadas, Sofía García Menéndez, ha sido llamada por el seleccionador del equipo español femenino de baloncesto en silla de ruedas, Franck Belen, para formar parte del equipo técnico en el Mundial que se disputará este junio en Dubai (Emiratos Árabes), y el Europeo de Rotterdam (Países Bajos), en agosto. Ambas pruebas son clasificatorias para los Juegos Paralímpicos de París 2024.

La joven profesional, natural de Medina del Campo, cursó TAFAD en Valladolid, para después hacer INEF en La Coruña, a lo que se añadió un máster de actividad física y deportiva para la inclusión de personas con discapacidad en Madrid, que es lo que la llevó a trabajar en la Federación Española de Deporte Adaptado, en la que es técnica de programas y proyectos, y en el Fundación Aliados, donde también continúa en la actualidad.

La llegada a la selección nacional se produjo cuando Lalo Prieto, jugador del UCAM Murcia, le comentó a Sofía que el anterior técnico, Adrián Yáñez, quería trabajar con ella. Este se puso en contacto con la preparadora física para formar parte de un grupo de trabajo a nivel nacional de baloncesto en silla de ruedas y, justo al día siguiente, se acercó a Madrid a una concentración para conocer a las chicas de la selección para empezar a entrenar con ellas. A partir de ese momento ha participado en dos concentraciones más, en Valencia y Madrid y, cuando el nuevo seleccionador sustituyó al anterior, no dudó en contar con Sofía García para estas importantes citas.

Uno de los principales aspectos que trabaja es la prevención de lesiones, puesto que, en el caso de los jugadores y jugadoras de baloncesto en silla de ruedas, "tener una lesión no solo les afecta en el plano deportivo, sino que incide de una manera muy directa y grave en sus vidas, sobre todo, en aquellos que tienen un mayor grado de discapacidad", de ahí que insista mucho en el tronco superior, brazos y hombros, para fortalecerlo al máximo y evitar problemas en el futuro, con un trabajo específico con gomas y mancuernas, y trabajo funcional para las articulaciones, además de trabajo de core -músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna- y estabilización, en los jugadores y jugadoras con una puntación de 2.5 o 3.0.

En el caso de la selección femenina, realiza seguimientos de rutina online individualizada a las jugadores y, en las concentraciones, el trabajo ya pasa a ser continuo. También resulta fundamental el aspecto psicológico, ya que en las mujeres influye mucho más, y busca adaptar cada tarea a las necesidades de cada una. Además se da la circunstancia de que hay pocas féminas en el baloncesto en silla de ruedas, y no suelen tener demasiado protagonismo en sus respectivos equipos. De ahí que también resulte determinante tratar de que adquieran un mayor ritmo de partido.