Se terminó el fracaso. Se acabó la maldición. Llegó la tercera. Pep Guardiola, criticado año tras año por no ganar la competición de clubes más complicada de todas, ya tiene por fin su preciada Champions 'post Barcelona' y acompañada del dulce más ansiado de todos: el triplete.

El segundo 'trébol' de títulos, tras el que consiguió con los azulgrana en 2009. Igualando la marca de Alex Ferguson con el United en 1999 y consagrándose como el mejor entrenador del mundo, y seguramente de la historia.

Poco le podrán echar ya en cara al de Sampedor, que, incluso con la 'Orejona' aún caliente en las manos, no cambió el discurso: «La Champions es una moneda al aire. Es jodidamente difícil de conseguir», aseguró el español, ese que está igualado con Bob Paisley y con Zinedine Zidane con tres y a solo una de Carlo Ancelotti.

Una vez quitada esa mochila de presión con la que Guardiola camina desde que diera el paso del Barcelona B al primer equipo y revolucionara Can Barça y el fútbol mundial con el equipo del 'sextete', ¿cuál es el límite?

En Mánchester tiene todos los ingredientes para su pócima del éxito. Un club que confía en él, con una hucha ilimitada y con algunos de los mejores jugadores del mundo, que además han cicatrizado todas sus heridas. Solo una posible sanción de la Premier y de la UEFA, por las 115 irregularidades financieras que supuestamente han cometido, podría pararles.

Desde su llegada en 2016, el catalán ha refinado poco a poco la fórmula, hasta el punto de por fin lograr el triplete: Premier, en la que remontaron una desventaja de ocho puntos al mejor Arsenal de las últimas dos décadas, FA Cup, ganando el primer derbi de Mánchester en la historia del torneo, y Champions, la primera del club.

Mucha gente achaca el éxito del City, y por ende de Guardiola, únicamente al dinero, pero otras entidades, como el PSG, también son multimillonarias, o incluso el United, un equipo que les iguala en gasto, y estos no tienen los mismos éxitos que el City desde que llegó Guardiola.

Desde su regla de los 15 pases para reconstruir al equipo, hasta la posición de Leo Messi como 'falso nueve', el 3-7-0 contra el Santos, la reconversión de Phillip Lahm y John Stones al centro del campo, la incorporación de Erling Haaland, la recuperación de Jack Grealish, el primer fichaje de Ilkay Gndogan... Son incontables los aportes de este hombre al fútbol, que, cuando el pasado sábado concilió el sueño, se encontró la conciencia tranquila, ya que nadie podrá echarle en cara que no ha ganado la Champions con uno de los clubes más ricos del mundo.