Han pasado catorce años desde que Arturo Dueñas (Valladolid, 1962) estrenara en la Seminci 'Aficionados' (2009), su debut en el largometraje. Cuatro años después presentó en el festival una versión 'work in progress' de 'Corsarios', su documental sobre Teatro Corsario, y en 2014 volvió con 'Misión: Sahara', antes de regresar en 2015 con 'Tierras construidas', su particular homenaje al universo creativo de Félix Cuadrado Lomas. Todos sus largometrajes, salvo 'Pessoas' (2019), han pasado por la Seminci, y mañana miércoles protagonizará la Gala de Castilla y León en el Teatro Zorrilla con el estreno de 'Secundarias', su último largometraje. 

'Secundarias' tiene su origen en la obra teatral 'Cartas al emperador', de Teatro del Navegante, que usted vio en el LAVA. ¿Qué película vio detrás de aquella función?

Vi unos personajes femeninos históricos muy potentes, como la reina Juana, Isabel la Católica, Isabel de Portugal o Germana de Foix, y me gustó muchísimo el tratamiento que tenían los personajes, con sus toques de humor… Eran mujeres muy diferentes y nada más verlo pensé que ahí había una película si lograba trasladar esos personajes a la actualidad, porque veía que mucha de la problemática que existía entonces, hace tantos años, seguía vigente en relación con los personajes femeninos. Como en 'Aficionados' y en 'Corsarios', vuelvo a tocar el tema del teatro, que me fascina, y decidí indagar en la vida de las protagonistas y sus personajes. 

¿Cómo dio con la forma que finalmente tiene la película, rodada en un plano secuencia?

Ha llevado un tiempo sacar adelante el proyecto. Se presentó a la Junta y cuando estábamos preparándolo llegó la pandemia. Siempre pensé en ella como una película que sucede dentro de un camerino, donde grabaría lo que sucede en el camerino en blanco y negro y cuatro tercios, y la función en color, para proponer un juego entre la verdad y la representación. Solo más tarde, casi al final del proceso, pensé que esta historia reunía las tres unidades del teatro clásico: unidad de tiempo, de espacio y de acción; es una película que se desarrolla en tiempo real, y así llegué al plano secuencia, que ahora es algo que define la película. Es como una actuación teatral, porque cuando estás en el teatro no tienes posibilidad de cortar y seguir, sino que tienes que improvisar sobre la marcha y solucionar problemas, y eso fue lo que nos pasó.

¿Cuántas tomas fueron necesarias? 

Solo tuvimos una oportunidad. Estuvimos ensayando una semana y el día anterior hicimos un ensayo general que fue un absoluto desastre. El día de la toma era el viernes por la tarde y creíamos que tendríamos dos oportunidades, pero el inicio de la primera toma se retrasó y nos quedamos sin tiempo para un segundo intento.

¿Esa inmediatez y urgencia le da otro tono a la película?

Sí. Le da un tono de teatro. Es como si el público realmente asistiera a una representación única de teatro. Porque solo hubo una oportunidad y los fallos que haya son los fallos que se van a ver. La única diferencia es que cuando vas al teatro lo ves en directo y aquí está grabado, pero es lo que ocurrió, sin trampa ni cartón.

Concibió la película como una reivindicación del trabajo de las actrices.

Y no solo de las actrices, sino de las mujeres en la vida en general. El guion por ejemplo no es solo mío, sino conjunto con todas ellas. Yo soy el responsable del argumento, pero todo lo demás lo creamos en diferentes reuniones por Zoom durante la pandemia, cuando fuimos construyendo la película. Cada actriz es bastante responsable de su personaje, como sucedió también en 'Aficionados' y llegamos al rodaje sin líneas de guion, pero ellas habían interiorizado muy bien sus personajes. En la película se plantean cuestiones que aparecían en la obra, como la violencia de género, el abuso de poder, la maternidad y las decisiones de ser madre o no ser madre. El título de 'Secundarias' recoge también la cuestión del papel injustamente secundario que se ha otorgado a las mujeres a lo largo de la Historia, y pretendíamos poner el foco en ese problema. 

Las actrices de la película pertenecen a tres generaciones diferentes. Entiendo que era una forma de ofrecer una mirada plural sobre su oficio. 

Sí, está Olga Mansilla de Teatro Corsario, que es la más mayor; luego hay otra generación intermedia, a la que pertenecen Inés Acebes, Marta Ruiz de Viñaspre y Béatrice Fulconis y que han trabajado en varias compañías; y por último está Pino de Pablos, que tiene unos veinte años y todavía es estudiante de Arte Dramático. Están representadas desde Olga, que casi está en la edad de jubilación, hasta una chica que está acabando sus estudios. Entre ellas surgen dinámicas muy bonitas, donde por ejemplo conviven una chica joven que llega con nuevas ideas y una actriz que ya está consagrada, por así decirlo, y eso me da mucho juego.

La acción se desarrolla el 13 de marzo de 2020, en el Teatro Calderón, a las 8 de la tarde, justo el día que se decreta el confinamiento. ¿Por qué?

Casi todo el mundo cree que Carlos V murió de gota pero no fue así, murió por malaria tras la picadura de un mosquito. Era una enfermedad común, para la que no había vacuna, que afectaba a todos por igual y se llevó al hombre más poderoso de su tiempo. Lo mismo pasaba con la pandemia, ante la cual estábamos todos igual de desprotegidos.

Es ya veterano en Seminci, donde ha participado en numerosas ocasiones. ¿cómo ve esta nueva etapa que afronta el festival con el relevo en la dirección?

Con el tiempo, creo que la etapa anterior denotaba un cierto desgaste en todos los ámbitos. Quizá había perdido un poco el equilibrio y parte de su esencia. Posiblemente había perdido riesgo también: iba sobre seguro, con todo lleno de público y mucho glamour (si bien es cierto que esto era algo de lo que ha adolecido la Seminci tradicionalmente, y también es necesario). Pero un festival como el de Valladolid no era eso, eso podía ser Málaga, o Valencia en su época, pero Valladolid tenía otra cosa. Vivo con expectación esta nueva etapa del festival porque Cienfuegos tiene toda la experiencia de Gijón y Sevilla (festivales que hizo crecer de forma extraordinaria), y creo que todos estamos muy ilusionados con lo que pueda hacer en Valladolid.

Este año participa por partida doble: como director de 'Secundarias' y como productor de 'Gallo rojo', de Enrique García-Vázquez. 

Las dos selecciones me han hecho muchísima ilusión. Con 'Secundarias' estamos haciendo un grandísimo esfuerzo de posproducción, porque creo que la película lo merece. Y la historia de 'Gallo rojo' es muy bonita, porque Quique vino y me contó cuánto le había inspirado 'Tierras construidas', mi película sobre Cuadrado Lomas, y cómo en cierta forme la había inspirado para desarrollar la reivindicación de lo rural que él plantea en 'Gallo rojo'. Me propuso ser coproductor y finalmente se dieron las condiciones necesarias para serlo, y estoy encantado con cómo ha quedado su película. 

Se trata de una forma de tejer sinergias entre quienes, como vosotros, apostáis por permanecer en esta tierra para dedicaros a algo tan complejo como el audiovisual. 

Sí, incluso Pino de Pablos, que es la protagonista de 'Gallo rojo', es una de las actrices de 'Secundarias'. Además Quique trabaja de una forma similar a la mía: crea una escaleta de situaciones y a partir de ahí deja que sean las actrices las que improvisen. Eso es lo que hago yo llevo haciendo desde 'Aficionados'.