La gripe deja el invierno con mayor presión asistencial

Óscar Fraile
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Los pacientes ingresados en hospitales y el porcentaje de camas ocupadas son los más elevados desde la pandemia, aunque no hay riesgo de colapso. La caída de vacunación, factor clave

110124JT_0096.JPG - Foto: Jonathan Tajes

Valladolid afronta durante estos días un pico de la pandemia estacional de gripe y otros virus respiratorios, con un importante impacto en la presión asistencial en hospitales y centros de salud, si bien el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, remarcó esta semana que, aunque existe esa «tensión», la situación está lejos del colapso, ya que los hospitales todavía tienen margen para acoger enfermos. Eso sí, los datos también demuestran que este invierno, el primero de la pandemia en el que no existía obligación de utilizar la mascarilla ni siquiera el centros sanitarios, al menos hasta esta semana, es el que más presión está dejando en los hospitales.

A fecha 8 de enero, el Hospital Universitario Río Hortega tenía 505 pacientes ingresados, que representan un 86,9% de las camas disponibles. Si se analiza esa misma fecha en los años previos, tanto el número de ingresos como el porcentaje de ocupación eran menores. En 2023 había 449 ingresados (un 79,8% de las camas); en 2022, 417 pacientes (76,7%), y en 2021, 415 (un 72,4%). Lo mismo sucede si se hace la comparación con el Hospital Clínico Universitario. Los 592 ingresados este año (79,8% de las camas), eran 556 hace un año (78,8%). En 2022 eran 467 (67,3%) y en 2021 había 454 (73,8%), según los datos de la Junta de Castilla y León.

¿Cuál es el motivo? Según el virólogo y exdirector del Centro Nacional de la Gripe, Raúl Ortiz de Lejarazu, no tiene que ver con las mascarillas, sino con el descenso de vacunaciones de la población, un problema que la propia Consejería de Sanidad ha reconocido este año. Vázquez hizo referencia a la  «fatiga vacunal» en algunos grupos diana después de la pandemia. En los mayores de 60 la cobertura solo es del 60%, y del 50% en el caso de la covid-19. En los menores de dos años, no llega al 52% y, en los niños de entre dos y cuatro años, el 33,6%. Unas cifras que están lejos de los objetivos perseguidos por Sanidad (75% en todos los grupos). Por ese motivo, incluso se han enviado comunicados a los profesionales sanitarios para que realicen «captación activa de aquellas personas que pertenecen a los grupos diana y de riesgo, facilitando el acceso a los puntos de vacunación». Además, añaden que «ante la disponibilidad de vacunas, si alguna persona que no pertenece a los grupos diana solicita vacunarse, se le puede vacunar».

Los centros de Atención Primaria también están sufriendo este incremento de la presión asistencial, tal y como demuestran los datos de Sanidad. En la zona de Valladolid Este, los puntos de atención continuada, es decir, los dedicados a atender urgencias, vieron en el mes de noviembre una media de 35 pacientes al día. El último día del año pasado esa cifra ya había subido hasta los 46, y a principios de enero superó la media de 58 pacientes al día. Lo mismo ha pasado en la zona de Valladolid Oeste, donde en esos mismos periodos las medias han sido de 35, 45 y 59 personas, respectivamente.

Pese a todo, en la primera semana de este año se ha empezado a observar una cierta estabilización en la incidencia de las infecciones respiratorias agudas, tal y como reflejan los datos de la Red Centinela de Castilla y León. La tasa general, que agrupa a todas estas patologías ha pasado de 1.508 casos por cien mil habitantes en la última semana de 2023 a 1.477 en la primera de 2024, aunque la gripe ha subido de 207 a 230 y la de covid, de 70 a 79. Y aunque este informe señala que «la incidencia de síndromes gripales parece estar llegando a su máximo a pesar de que la circulación de los virus de la gripe se mantiene elevada», lo cierto es que resulta complicado prever lo que pueda pasar en las próximas semanas. Al menos eso es lo que opina Ortiz de Lejarazu. «Para saber si estamos en el pico, tenemos que tener, como mínimo, tres semanas consecutivas de descenso», explica. Una circunstancia que no se da en Castilla yLeón. Y, aunque eso suceda, no significa que en las siguiente semanas no se pueda producir otro repunte. «En la onda epidémica del año pasado y del anterior se observan dos picos, con una diferencia de entre cuatro y cinco semanas, algo que establece un nuevo modelo porque no había ocurrido nunca», explica. Habrá que esperar a las próximas semanas para ver si en 2024 también se repite ese patrón.

Para afrontar esta situación y la que pueda llegar, Sanidad cuenta con un plan de contingencia y ha tomado medidas, como el aumento de camas en los hospitales. Durante el último trimestre del año del año pasado el Río Hortega tenía poco más de 500 camas habilitadas, con pequeñas variaciones diarias, una cifra que ahora ronda las 550 tras la apertura de una planta que estaba cerrada y ya se dedica exclusivamente a estos enfermos.

Castilla y León ha acatado esta semana el uso obligatorio de mascarillas en centros sanitarios, pese a cuestionar el «rigor científico» de la medida tomada por el Gobierno. El propio Ortiz de Lejarazu opina que la influencia de esta medida es limitada y en ningún caso tiene capacidad para modificar los picos pandémicos.