Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


España, embargada

14/04/2023

Corría el año 2000 cuando Aznar inauguró en los jardines de La Moncloa una dársena con paneles solares y anunciaba su apoyo a la energía fotovoltaica. Siete años más tarde Zapatero impulsó el desarrollo de los huertos solares con unas primas generosas para compensar los elevados costes de producción. «El sol puede ser suyo», decía el anuncio oficial. El grave error de Zapatero fue no haber impulsado previamente la fabricación de placas. España acabó subvencionando a las fábricas de China, suministrador casi exclusivo. Porque los chinos saben utilizar la calculadora y pusieron los precios de los paneles, desorbitados, en función de la generosa capacidad de compra que financiaba el Estado español.
En el año 2010 el ministro Miguel Sebastián dijo que se había equivocado al hacer las cuentas y revocó las leyes que él mismo había impulsado. No se inmutó, no dimitió. Dejó en la estacada a más de 60.000 pequeños productores españoles, fuertemente endeudados, muchos quebraron, y a más de cincuenta inversores internacionales. Los primeros, golpeados de nuevo tres años más tarde por Rajoy, no pudieron hacer nada, ya que como españoles carecen de legitimación para querellarse contra el Estado. No ocurre así con los inversores extranjeros, que llevan años ganando los laudos ante los tribunales internacionales. Ahora, cansados de esperar, quieren cobrar por las bravas. El Alto Tribunal de Londres ha embargado las cuentas del Instituto Cervantes en el Reino Unido y se teme que ocurra lo mismo con los activos de la empresa Navantia en Australia, propiedad igualmente del Estado. Las reclamaciones por embargo sobrepasarán los mil millones y aún quedan pendientes el 40% de las demandas. Sebastián y Soria, ministro de Rajoy, carecen de responsabilidad civil y penal, pese al grave quebranto económico. Curiosamente el primero se dedica ahora a dar consejos sobre los más variados asuntos en una televisión privada. Tamaña osadía solamente sólo puede obedecer a una pareja ignorancia. Vox quiere rentabilizar la inseguridad jurídica desde entonces generada, pero se equivoca al responsabilizar a Sánchez de las tropelías de Sebastián y Soria.