El pasado mes de julio ha sido, oficialmente, el más caluroso de la historia del planeta. Y el primer tercio del mes de agosto no le va a la zaga. España ha vivido esta semana la cuarta ola de calor del verano, que ha dejado temperaturas por encima de los 40 grados en casi toda la geografía. También en Valladolid. La provincia ha estado en alerta naranja (riesgo importante) y, como consecuencia de ello, la Junta ha decretado también la alerta contra incendios por cuarta vez en lo que va de año.
Aunque este verano no está siendo tan dramático para la Comunidad como los anteriores en materia de incendios, toda precaución es poca. Y ese es el mensaje que quiere trasladar el diputado responsable del Servicio de Extinción de Incendios, Julio César García. «Pido a la gente que sea prudente y que recuerde que estamos en riesgo alto», señala.
Como parte de esta política de prevención, todos los pueblos que contemplen espectáculos pirotécnicos en sus programas festivos deben solicitar el apoyo de los Bomberos de la Diputación. Hasta ahora han sido cinco lo que lo han hecho: Campillo, que los lanzará el 14 de agosto; Cabezón de Pisuerga y Rueda, que lo harán dos días más tarde; Serrada, el día 17, y Tudela de Duero, el día 18.
Tal y como está estipulado en estos casos, a todas estas localidades se desplazará una autobomba pesada, con tres personas: un cabo y dos bomberos. La normativa dice que tienen que estar allí media hora antes de que comience el espectáculo.
Un verano tranquilo
García reconoce que este año no está siendo especialmente conflictivo por el fuego, pese a las altas temperaturas registradas. Hasta ahora, las incidencias se han saldado con pequeñas intervenciones. «Gracias a Dios, no hemos tenido casos como los de los últimos años, por ejemplo, el de la Sierra de la Culebra, que fue una desgracia tremenda», señala.
El único que se ha salido un poco de lo normal es una intervención por el reventón de la rueda de una furgoneta en una autovía, que fue el origen de un pequeño fuego que se trasladó al rastrojo del entorno, aunque no hubo que lamentar muchos daños.