La inversión parada por falta de licitadores se cuadruplica

M. Rodríguez / R. Gris
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Las administraciones central, autonómica y municipal acumulan 24 concursos sin adjudicatarios hasta noviembre por valor de 16 millones

El contrato de obras de regeneración de 18 bloques del ARU 29 de Octubre, valorado en 4,8 millones, es el de mayor cuantía que se ha quedado desierto este año. - Foto: Jonathan Tajes

El incremento de los costes de los materiales se presenta como el principal argumento para que en la provincia haya 24 proyectos sin empresa adjudicataria, a fecha 2 de noviembre, valorados en más de 16 millones de euros. Este fenómeno no es nuevo, de hecho el año pasado la cifra de licitaciones declaradas desiertas fue similar, aunque el importe fue muy inferior: rondaba los 4,3 millones de euros. Y la diferencia seguirá incrementándose hasta final de año porque en la última semana de noviembre, el Ayuntamiento de Valladolid declaró desierto el concurso para las obras de regeneración urbana del ARU 29 de octubre, fase II: reurbanización y rehabilitación de 18 bloques de viviendas.

Este proyecto del Consistorio vallisoletano ejemplifica otro problema recurrente en estos procesos: a pesar de que se incremente el presupuesto del contrato son necesarias varias licitaciones para conseguir un empresa dispuesta a ejecutarlo. En el caso del 29 de Octubre, el presupuesto de la fase II era de 4,82 millones, el más alto de todas las licitaciones, pero el concurso quedó desierto en marzo. A esto se suman complicaciones derivadas de que otra parte de esa obra (lote II) se encontraba paralizada desde hace más de dos años y ahora se ha tenido que indemnizar a la adjudicataria para poder rescindir su contrato. El concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, apunta que es «urgente»  licitar lo antes posible las obras de rehabilitación de los cuatro bloques pendientes y luego ya se estudiará lo que pasa con el resto de la fase.

Lo que sí ha vuelto a intentar el Ayuntamiento es contratar la construcción de la cúpula geodésica de la plaza de la Comunicación, que ya ha quedado desierta en dos ocasiones, la última en junio de este mismo año. Esta obra tenía un presupuesto de 647.406 euros, el mismo por el se vuelve a licitar ahora. El concejal de Urbanismo defiende el mantenimiento del precio de la obra porque -asegura- que varias empresas consultadas estiman que es «adecuado». Y destaca que en el anterior concurso sí que hubo una empresa interesada, pero no entregó las garantías necesarias y se entendió que se retiraba del proceso.

Obras declaradas desiertas.Obras declaradas desiertas.Los datos facilitados por la Cámara de Contratistas de Castilla y León muestran que entre enero y octubre la mayoría de contratos quedaron desiertos por la falta de licitadores, aunque también hay casos en los que se presentaron ofertas, pero la administración no adjudicó la obras por distintos motivos. Precisamente esto sucedió en otro de los proyectos con mayor partida presupuestaria, el de las obras de restauración y rehabilitación del ala sureste del Hospital General de Simón Ruiz (fase III) de Medina del Campo.

Esta obra salió a concurso por 1,92 millones de euros, pero finalmente la empresa elegida no presentó en tiempo y forma la documentación requerida. Tras este intento fallido,  el proyecto,  cofinanciado con cargo al programa 1,5 por ciento cultural del Ministerio de Transportes, se volvió a licitar en abril por 2,19 millones y, finalmente, se consiguió adjudicar con lo que actualmente se están ejecutando los trabajos. El concejal medinense de Hacienda, Luis Carlos Salcedo, indicó que este encarecimiento de los materiales ocasiona problemas a los ayuntamientos. «Cuando haces el proyecto, por ejemplo el precio del ladrillo son 60 céntimos y unos meses más tarde ya ha subido, por lo que las empresas declinan hacer la obra». El edil lamenta que los tiempos de la administración «son lentos» y eso provoca que la inflación modifique el precio de los proyectos, lo que ocasiona que queden desiertos. 

El problema no afecta solo a las administraciones locales. En el caso del Aeropuerto de Valladolid también hay actuaciones que suman dos licitaciones y no consiguen adjudicatario. Una de ellas es el techado del aparcamiento de pago de vehículos de rotación y empleados, cuyo concurso quedó desierto el pasado mes de enero, cuando salió con un presupuesto de 1,04 millones, y volvió a fracasar en septiembre a pesar de incrementarse hasta los 1,25 millones. 

Sin licitadores

La administración autonómica también se ha visto afectada. Por ejemplo, la Gerencia de Servicios Sociales no encontró empresas interesadas en realizar la obra de reforma parcial de la residencia mixta para personas mayores de Valladolid (fase 1), con un presupuesto inicial de 1,17 millones, que está financiada por los fondos Feder. 

El proyecto contemplaba la implantación de dos unidades de convivencia en cada una de las tres plantas de habitaciones. Pero el concurso quedó desierto en febrero de este año.

Lo mismo sucedió en el caso de Viana de Cega. El Ayuntamiento lleva tiempo intentando ejecutar las obras del espacio cultural polivalente, pero no ha encontrado empresas interesadas. Incluso ha optado por trocear el proyecto, pero el concurso para la segunda fase-A (cubo escénico, reforma de edificación existente y urbanización interior), con un presupuesto de 755.747 euros no ha encontrado licitadores.

La situación es tan complicada que varios municipios de la provincia acumulan proyectos paralizados. El Ayuntamiento de Boecillo ha visto cómo la licitación para las obras de instalaciones para su ciudad deportiva (vestuario+bar), con un presupuesto de 1,07 millones, y la reforma del consultorio médico, por valor de 215.985, han quedado desiertas. «No tuvimos más remedio que sacar de nuevo a licitación ambos proyectos y parece que ya se ha resuelto el problema porque estamos a punto de adjudicarlos», reconoce su alcalde, Raúl Gómez, aunque para ello han tenido que incrementar el precio un 30 por ciento. El regidor cuenta que está pendiente la reforma de una pequeña sala dentro de la Casa Consistorial que se teme que pueda quedar desierto «porque el proyecto tiene ocho meses». 

Similares situaciones se dan en prácticamente toda la provincia. Gómez indica que es un «problema importante» al que se enfrentan los ayuntamientos, ya que en gran parte de los casos estas licitaciones se hacen desde los servicios de Diputación, lo que también dificulta la capacidad de reacción municipal ante un proceso que queda desierto.

Valdunquillo es otro pueblo que vio con impotencia cómo quedaban desiertas dos licitaciones: la reforma del consultorio médico, por valor de 29.024 euros, y una calle. Su alcalde, Gonzalo Serrano, indica que tuvo que sacar a licitación por segunda vez los proyectos. «Ahora, hay dos empresas que están interesadas y están elaborando sus presupuestos», indicó, a la vez que apuntó que el precio de esta segunda licitación no ha aumentado y «rondará los 30.000 euros». De momento, lo han solucionado.