Es especial, única. Esos 3,6 kilómetros de recorrido que tiene el ascenso y descenso a la cota más alta del Parque Natural del Río Lobos se han convertido en una de las citas estivales marcadas en rojo en el calendario del trailrunning. No hay nada parecido. Correr, subir, tocar la imponente cruz de madera y volver a bajar eleva las pulsaciones al máximo y deja una huella en el alma para todos aquellos que se animan a participar.

La Subida al Pico, que el pasado domingo celebró su XIII edición, volvió a regalar en Navas del Pinar una nueva jornada épica, cargada de espectáculo y explosividad.

150 valientes y dos nombres propios. El primero, José Antonio Bellido Puebla, que, aunque se estrenaba en la prueba, consiguió ser, además del primero en coronar la cima y tocar la cruz, el campeón de la categoría absoluta. El atleta del Todovertical congeló el crono en 18 minutos y 53 segundos, convirtiéndose en la segunda mejor marca de la historia, sólo superada por el 17,49 del recordman español de maratón Hamid Ben Daoud. Su ascenso fue brutal, dejando a sus rivales en la segunda parte de la subida y llegando en solitario a meta. En segunda posición entró Rodrigo Vicente, el que fuera campeón de Castilla y León de carreras de montaña (19,27), y tercero, Víctor Illera (19,43), ganador tres veces de la prueba que luchó hasta el final para lograr un nuevo entorchado, pero que no pudo seguir el ritmo de Bellido en la subida.

La campeona Laura Puerta entra en meta. - Foto: Ignacio German Gonzalez Yague 2016El segundo nombre propio fue el de Laura Puerta (26,01), atleta soriana que también participaba por primera vez y que consiguió batir a Bego Usabiaga -quien coronó primero la cima- en un descenso lleno de técnica y fortaleza (26,35). El tercer puesto fue para Sandra de Pablo (28,53), una asidua a la cita que mejoró sus registros anteriores. 

Categoría local

La Subida al Pico de Navas surgió tras una apuesta entre amigos en 1965, cuando Felipe Gómez retó a Oriol Gómez a subir y bajar la cima en menos de 30 minutos. El joven logró la gesta de cubrir ese tortuoso recorrido en 24 minutos y 30 segundos. Lo que empezó como un juego hace 57 años se recuperó en 2008 para convertirse en una prueba deportiva única y exigente. 

El sábado, un joven de 17 años, Alonso Sanz, consiguió rebajar aquella marca de hace más de medio siglo, con un poderoso ascenso y una bajada impecable, congelando el crono en 24 minutos y 24 segundos. Su victoria estuvo cargada de emotividad al dedicársela a su abuelo recientemente fallecido. Segundo y a muy poco tiempo (24,54) entró su hermano Diego Sanz, con sólo 15 años, señalado a lograr grandes gestas, y cerró el podio Jerónimo Palacios (25,10), que volvió a subirse al cajón por segundo año consecutivo.

En féminas, Elena García (31,10), que cada año va a más, no tuvo rival y se erigió como la campeona, seguida por Beatriz González Yagüe (35,2) y Laura García (43,48). 

Las infantiles concentraron a un centenar de niños. La XIII edición volvió a congregar a una gran cantidad de público -más de dos millares de personas-, que no paró de animar, entregado con el extraordinario esfuerzo de los atletas. Se lleva tiempo hablando de esa España que denominan vaciada, un fenómeno que afecta a numerosas poblaciones de la región y que azota con mucha más virulencia a esta bucólica zona, frontera entre las provincias de Burgos y Soria. Sin embargo, casi un centenar de niños ofrecieron una auténtica exhibición, corriendo en las pruebas infantiles por las calles de la localidad, fomentando el espíritu deportivo y dejando patente que el futuro está garantizado. 

Otros 200 senderistas cubrieron el día anterior una ruta de 10,5 kilómetros por los enclaves de pinares, cerca del municipio de la Gallega. 

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