El tirón de las ‘low cost’ también llega a Valladolid. La multinacional valenciana Gasexpress ha anunciado la apertura de tres nuevas gasolineras que se unen a una cuarta, que entró en funcionamiento el pasado 5 de abril en la Avenida de Gijón, muy cerca de la localidad vallisoletana de Zaratán. El resto de las estaciones se inaugurarán en breve y estarán ubicadas en la Avenida de Burgos, en la Avenida de Madrid y en la Avenida de Zamora, según confirmó el gerente del grupo, José Manuel Costa.
La proliferación de este nuevo concepto de estaciones de servicio es una tendencia nacional. En nuestro país había 10.947 puntos de venta de carburantes al por menor al acabar 2015, lo que supone 235 más que el año anterior. Este aumento se ha dado entre las gasolineras en hípers y supermercados, marcas blancas y las desatendidas (ya suman unas 500), denominadas ‘low cost’. Hasta el momento, en Valladolid solo existía la gasolinera La Estrella de Qatar y otra situada en Mercaolid. Es decir, solo dos del cerca de medio centenar que hay en la ciudad.
Socio local. «La próxima semana abriremos la de Avenida Burgos, en dos tres semanas en Avenida Madrid y iniciamos la construcción de otra en la Avenida Zamora. Nos llegó la oportunidad con un socio local, analizamos el mercado y consideramos que era una buena plaza para meternos. Nuestra expansión es a nivel nacional. Vamos a desembarcar en Castilla y León y qué mejor sitio que Valladolid para empezar», puntualiza el gerente de Gasexpress, que entiende que pese a que ya hay 38 estaciones en la capital, hay cuota de mercado para tres más debido a que su concepto de negocio es «diferente».
«Entendemos que Valladolid tiene una población importante y, aunque haya muchas estaciones, nuestro concepto de negocio es diferente al de las estaciones convencionales», puntualizó Costa que cree que la clave del éxito de este tipo de estaciones se debe a dos factores. «Somos mucho más competitivos, trabajamos con unos márgenes inferiores a las grandes multinacionales vendiendo el mismo producto. Además, la automatización de estas estaciones da una agilidad de repostaje muchísimo mayor al consumidor», explicó.
Sin embargo, la polémica rodea a estas gasolineras que ofrecen precios más baratos -ayer marcaban el litro de gasoli a 0,90 y la gasolina a 1,079, por los 1,01 y 1,159 de una convencional-. Así, mientras sus empresarios subrayan que cumplen con todas las medidas de seguridad y son totalmente legales, las petroleras y los sindicatos las critican duramente por distintos motivos. Esto ha provocado que algunas comunidades autónomas estén legislando en contra de esas instalaciones, como son los casos de Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Navarra y Murcia. Castilla y León no escapa a la polémica y ya hay una proposición no de ley del PP en marcha para regular este sector. «Nuestras estaciones, a nivel de instalación, están automatizadas, por lo que podría estar desatendida, pero en Gasexpress, por política de empresa, siempre tenemos personal de apoyo. Abrimos 24 horas, aunque con servicio atendido tenemos entre diez y doce horas», resumió para insistir en que cumplirán la normativa que se apruebe en la Comunidad. «No tendremos ningún tipo de problema en acatar el nuevo marco jurídico, aunque evidentemente, eso repercutirá en el precio final que pagará el consumidor», puntualizó.
El presidente de la Federación Regional de Castilla y León de Asociaciones de Estaciones de Servicio (Fereclaes), el vallisoletano Horacio Sansegundo, advertía de que la intención de la patronal, que va de la mano con los sindicatos, es que haya competencia «en igualdad». «No entramos en los precios, ahí hay libre competencia y eso es bueno, pero si a unas estaciones se les obliga a una serie de cosas para garantizar los derechos de los consumidores y facilitar el acceso a este servicio de personas con discapacidad, entendemos que todas deben de cumplir los mismos requisitos», señaló.
Por su parte, desde la sección de Industria de CCOO, su responsable Gonzalo Piñel, puso el acento en el empleo. «Destruyen puestos de trabajo. En la Comunidad hay unas 80 lo que significa no solo 300 empleos menos, sino que afecta algo más porque la aparición de este tipo de estaciones provoca el cierre de dos o tres de las convencionales en un radio de unos 30 kilómetros», concluyó el representante sindical.