Íscar y Pedrajas se preparan para la vuelta a la fase 2

M.Rodríguez
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Los vecinos y responsables políticos de ambas localidades asumen con incertidumbre el anuncio del confinamiento impuesto por el brote y muestran su preocupación por las consecuencias económicas que tendrá

Terrazas vacías en una calle de Pedrajas - Foto: Dos Santos

Los rumores que se extendieron al mediodía de ayer por las calles semidesiertas de Íscar y Pedrajes se confirmaron a las pocas horas. El brote de la covid-19, que se originó entre los trabajadores de un matadero de aves, todavía no se puede considerar controlado por las autoridades sanitarias, y la Consejería de Sanidad ha decidido aplicar restricciones en los desplazamientos y en las actividades diarias de más de 11.000 vecinos. Al miedo inicial a una situación de contagio comunitario se une ahora la preocupación por las consecuencias económicas de la medida, que equivale a volver a la fase 2 del confinamiento durante 14 días. Una norma que entrará en vigor mañana porque la Junta ya ha recibido la autorización judicial para aprobarlo definitivamente y proceder a su publicación en el Bocyl. Y cuya apliación conocieron ayer los alcaldes de ambos municipios en una reunión por videoconferencia con el delegado territorial de Valladolid, Augusto Cobos, y el subdelegado del Gobierno, Emilio Álvarez.

 

Sin fiestas y con poca actividad en Íscar

El alcalde de Íscar, epicentro del brote, no oculta su preocuapación que ha explotado justo el fin de semana de las fiestas del pueblo. "Pedimos precaución a los jóvenes, sobre todo en las peñas", Luis María Martín García. Un consejo de las autoridades que apunta siguió en la noche del viernes. Además, en la medionoche de este sábado ha entrado en vigor la nueva normativa de la Junta que restringe el ocio nocturno, que también afecta a las peñas. Unas restricciones para cuyo control se ha pedido ayuda a la Subdelegación del Gobierno, que ha dispuesto varios equipos de la Guardia Civil y de Protección Civil.

Una medidas que se suman a las tomadas el mismo viernes, cuando se anunció que ya había 42 positivos, cuanod se decidió el cese de actividades en todas las instalaciones municipales.

Aunque la tónica general en la localidad es el respeto por las medidas, todas las autoridades recuerdan la necesidad de extremar ahora las precauciones. Algo que se aprecia en las calles, donde la algarabía de la fiesta y las peñas ha dado paso a un escaso movimiento de vecinos. Entre los que este sábado salían a hacer sus compras o tomarse algo en algunas de las terrazas abiertas había una única conversación. La incertidumbre por las medidas que se aplicarán y las consecuencias de las mismas. Algo que la mayoría acepta con resignación. Es el caso de Horacio San Segundo, propietario del Bar Central, que ayer recogía su terraza y cerraba su establecimiento porque lo considera lo más aconsejable "visto lo visto". Él, al igual que muchos vecinos, confiesa que no pensaba que "esto iba a ir tan rápido", pero entiende las medidas para garantizar la seguridad de los vecinos, aunque muestra su preocupación por el nuevo varapalo que supondrá para los negocios después de tres meses cerrados durante el estado de alarma. Una preocupación que también comparte Luis Eugenio, vendedor de la ONCE, que lamenta lo mucho que puede afectarle esta decisión de confinar.

 

Incertidumbre ante las medidas en Pedrajas

El brote también se ha extendido a la localidad colindante de Pedrajas donde, de momento, hay once positivos. El alcalde, Alfonos Romo, también decidió cerrar el mismo viernes las oficinas municipales y suspender todas las actividades culturales y deportivas programadas para agosto. Este sábado se mostraba cauteloso y preocupado ante las medidas, pero entiende que la Junta opte por estas restricciones para garantizar la salud de los vecinos. "Hay mayor concienciación ahora entre todos los vecinos y se respetan más las normas", apunta. Y también muestra alivio porque se vaya a permitir la movilidad entre las dos localidades, las únicas afectadas del área de salud por las restricciones.

Las calles de Pedrajas también estaban ayer mucho más vacías de lo normal, y las terrazas a la hora del aperitivo también se resentían por la situación. Todas las conversaciones entre los vecinos que se encontraban en la calle giraban en torno al confinamiento y sus repercusiones. Algunos mostraban su cabreo por la "falta de respeto" de algunos a las normas sanitarias y otros se sentían incómodos por la presencia de medios de comunicación en el pueblo porque entienden que se "penaliza" su imagen con tanto protagonismo mediático.