180 azudes destruidos para recuperar caudal en los ríos

P. Velasco
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Esta cuenca tiene unos 4.000 obstáculos transversales inventariados y con el derribo de esas infraestructuras se han permeabilizado 1.500 kilómetros

Inmediaciones del puente de San Marcos de León. - Foto: Ical

Más de 180 azudes se han destruido durante los últimos años en la cuenca del Duero con el objetivo de trabajar en la recuperación de los ecosistemas fluviales. La demolición de estas barreras, la mayoría de ellas de pocos metros de altura, no es algo nuevo, ya que se lleva haciendo desde 2005, incluso en el caso de la cuenca del Duero algunas de ellas desaparecieron mucho antes.

Una planificación que cumple de esta forma con las directrices señaladas desde la Unión Europea para mejorar y recuperar los ecosistemas fluviales bajo el nombre de Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, pero que en las últimas semanas se ha convertido en un asunto polémico tras trascender el derribo previsto de algunas de estas infraestructuras en Extremadura frente al que varios colectivos han manifestado su oposición en una época de sequía como la que atraviesa el país.

La cuenca del Duero es, precisamente, donde más se trabaja por la recuperación de los ecosistemas fluviales de toda España. Para mejorar la conectividad longitudinal en esta cuenca, con 4.000 obstáculos transversales inventariados, se han permeabilizado unos 1.500 kilómetros de ríos mediante la demolición de más de 180 azudes abandonados o en ruina y la construcción de 225 dispositivos de paso para la fauna íctica autóctona en infraestructuras en funcionamiento. Acerca de la conectividad lateral, aquélla que persigue la reconexión del río con su llanura de inundación, se han eliminado 80 kilómetros lineales de motas, se han retranqueado otros diez, a lo que suman la recuperación de casi dieciséis kilómetros de antiguos cauces que han sido «descanalizados» para recuperar su antiguo trazado.

El doctor ingeniero de Caminos, el catedrático Francisco Bueno, explica que este tipo de construcciones no tienen ninguna capacidad de regulación, simplemente valen para «mantener el nivel de agua para que pueda estar bien el caudal». Motivos por los que, la mayor parte de ellos, «han dejado de tener función», añade. Ante ello, y considerando que ve la polémica que se genera sobre su destrucción como «absurda», cree que es una buena decisión por parte de Medio Ambiente que se retiren en los espacios en los que no cumplen ninguna función.

Fuentes del Ministerio recuerdan que la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos es un conjunto de actuaciones cuyo objetivo es la mejora y recuperación de los ecosistemas fluviales en consonancia con el artículo 11 de la Directiva Marco del Agua, en el que se establece que los Estados Miembros establecerán un programa de medidas en sus respectivos ámbitos hidrográficos.

En el caso de la cuenca del Duero, 74 de los azudes se retiraron de los ríos antes del año 2000, según el informe de seguimiento de este programa publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. De 116 de las 188 infraestructuras afectados no se dispone de datos sobre su altura, aunque el estudio sí recoge que 53 tenían menos de dos metros, otras 15 entre dos y cinco, y solo dos eran mayores de dos metros.