La devoción por el vino rescata un BIC

M. Rodríguez
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El proyecto del centro de la cultura del vino, que se levantará en el convento de Santa Catalina, busca posicionar a la ciudad entre las zonas vitivinícolas de referencia nacional

La devoción por el vino rescata un BIC

Una nueva vida para uno de los conjuntos monumentales más emblemáticos de Valladolid, catalogado como BIC. El proyecto del Ayuntamiento para ubicar, en una parte del convento de Santa Catalina, el nuevo centro del vino servirá para su rehabilitación, tras años de abandono, y también para posicionar a la ciudad entre las zonas vitivinícolas más atractivas. Se pretende crear un centro dedicado a fomentar la innovación y la formación en torno a tres temáticas relacionadas con el vino: la vitivinicultura, la gastronomía y el enoturismo.

El Consistorio adquirió en 2018 el inmueble, con una parcela de algo más de una hectárea y una superficie construida de 6.230 metros, por 5,8 millones de euros. Una  compra que se justificó porque se trata de «un suelo estratégico» y donde se plantearon distintos usos. Pero finalmente el plan director fijó cuatro: el centro del vino, un centro de mayores y otro deportivo, además de equipamiento cultural. Un 'mix' enológico, deportivo, social y cultural que tendrá distintas fases de desarrollo y que necesitará de un presupuesto superior a los 20 millones de euros para hacerse realidad, según los cálculos del plan director aprobado hace meses.

Patrimonio. Los planes municipales pasan por desarrollar de forma inmediata el centro del vino. Es un propósito y una obligación porque el proyecto ha recibido 4,9 millones de fondos europeos y esta financiación exige la ejecución en unos plazos muy concretos. De hecho, ya están «muy avanzados» los trabajos para la redacción del proyecto, para la posterior licitación de la obras, porque ya se cuenta con un anteproyecto, ya que se exigía para acceder a las ayudas del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino, impulsado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Yprecisamente el nuevo responsable de esta cartera, Héctor Gómez, visitó esta semana el espacio para conocer de primera mano el proyecto y avalarlo. Una ocasión que aprovechó el alcalde para destacar el volumen de ayuda «importante concedido para ese proyecto» y también para asegura que «el Consistorio no renuncia a recibir otros posibles apoyos en el futuro por la importancia tan grande que tiene el proyecto para la ciudad y para la industria turística del vino en la Comunidad».

La construcción de este espacio necesitará de un presupuesto que puede rondar los 14 millones de euros, según figura en los informes municipales, de los que 1,2 serían para el huerto y el viñedo con el que contará el espacio y 10,3 serán para  la reforma de los edificios. Por su parte, el proyecto de centro social y deportivo podría suponer una inversión de siete millones y la ampliación del Archivo municipal rondaría los 1,5 millones. Todo un proyecto de rehabilitación y  nuevas dotaciones que se basa en la puesta en valor del propio contenedor (el convento) y la protección de sus valores patrimoniales, con la recuperación de sus valores artísticos y arquitectónicos.

En el anteproyecto se detalla que los espacios en torno a la iglesia y el claustro se destinarán a las actividades culturales, pero con autonomía para acoger también otros eventos ciudadanos (no solo relacionados con el vino). Y fija que el centro de la cultura del vino se levantará  ocupando la traza del edificio original, según se desprende del estudio del plano de la ciudad de Bentura Seco que data de 1738. Pero también ocupará dos alas de posterior construcción, por un lado, la que sirve de cierre y conexión entre el huerto y el pequeño jardín monacal situado en la parte oeste del conjunto, y de otro, la que sirve de lindero oeste al Patio de la Magdalena. «La ubicación, a la que se suma el valor patrimonial del claustro de piedra, el espacio de la iglesia o el espacio azulejado del refectorio, constituyen un marco idóneo para el proyecto y le confieren el valor añadido como es el vínculo que históricamente ha existido entre las comunidades monásticas y la vitivinicultura», se recalca.

En otros edificios, como el de las celdas de las monjas, que no dejan de ser anexos del convento original, se plantean también con usos vinculados a las actividades del claustro, como espacio hotelero y anexos.  Así, el ala de las antiguas novicias se convertirá en un Vinhotel Boutique: un establecimiento hotelero exclusivo y tematizado en torno a la cultura del vino. «Dispondrá de 20 habitaciones, diferentes entre sí, con nombre de variedades de vid y con una decoración especialmente cuidada que se ubicarán en el ala del convento que pertenecía a las habitaciones de las novicias», se apunta en el texto.

Servicios. El nuevo centro contará con  un espacio de acogida, información y orientación enoturística, con acceso desde la calle de Santo Domingo de Guzmán a través de un jardín que lleva al porche que da acceso al interior. Será el espacio de bienvenida para acceder a los servicios que ofrece el equipamiento, así como para dar un servicio centralizado de información y orientación de experiencias enoturísticas en la provincia.

El museo contará con un espacio de presentación e interpretación sobre la cultura del vino, donde a través de una propuesta museográfica interactiva y sensitiva acercará al visitante a la cultura del vino en Valladolid desde una perspectiva holística». El tratamiento museográfico sobre el convento se integrará en los espacios patrimoniales y convivirá con la museografía dedicada a la cultura del vino», apunta el documento. Todo se ubicará en el corredor en torno al jardín del claustro en planta baja y primera, y en los espacios patrimoniales más singulares como la iglesia, coros, capillas y Sacristía. «Para ello se restaurarán y se recuperará su valor patrimonial que será parte del discurso museográfico», se recalca. 

También habrá un área para la degustación y venta de productos. «Esto será uno de los atractivos del equipamiento y consistirá en un modelo singular en el que se fusionará la difusión, la degustación y la venta de productos». Según el plan, se desarrollará en planta baja, en el Refectorio. Y también dispondrá de una enoteca ubicada en la planta baja del cuerpo que corresponde a la antigua enfermería.

La apuesta por el vino se acompaña de un área de innovación y formación,  se situará en las plantas primera y segunda rodeando la zona de interpretación del claustro.

Además, cobran gran importancia los espacios exteriores a los que se hace partícipes del programa creando una secuencia de espacios ajardinados que permiten un agradable paseo entre vides y plantas aromáticas con el escenario patrimonial de fondo. El proyecto rescata el uso del antiguo huerto del convento con la creación de un viñedo que incluirá vides de las variedades autorizadas en las distintas DO de la provincia y de las IGP de Vinos de la Tierra de Castilla y León. 

Se podrá acceder a él desde la calle San Quirce lo que permitirá también establecer una entrada privada al hotel Boutique. También se creará un jardín aromático, formado principalmente por plantas aromáticas y medicinales, habituales en los jardines de los conventos. Este jardín de forma triangular se vinculará al espacio de degustación y venta y servirá como acceso exterior a estas estancias. El claustro del convento se adecuará con su jardín central, en el que se combinará la vegetación ornamental con otras especies de uso más práctico, como aromáticas e incluso algunas verduras y hortalizas, tal como se ha documentado en los jardines de muchos claustros.