El sector del metal gana empleo pese a la incertidumbre

David Aso
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La patronal Vametal, que hoy celebra su 45 aniversario con una gala en el Centro Miguel Delibes, estima que la tendencia aún es positiva tras ganar casi 800 empleados durante el año pasado

Industrias Maxi ha recuperado sus niveles de empleo y facturación del último año prepandemia, 2019, que marcó su récord. - Foto: Ical

Ni la invasión rusa de Ucrania (24 de febrero de 2022) ni la escalada de costes que ya empezaba a acusarse de forma notable en el verano de 2021 impidieron que el sector del metal ganara empleo en la provincia el año pasado. Lo cerró con 21.930 trabajadores afiliados a la Seguridad Social, 770 más que al término del ejercicio anterior (21.160), con un alza del 3,56%; y la tendencia sigue siendo positiva este año, según la directora de la patronal sectorial Vametal, María Rodríguez, quien valora un «crecimiento moderado» que, eso sí, se cruza en este final de ejercicio con perspectivas de «cierta ralentización» de las inversiones. Precisamente, esta tarde el Centro Cultural Miguel Delibes acogerá una gala para celebrar el 45 aniversario de este colectivo en Valladolid.

El metal abarca desde la fontanería hasta la robótica, pasando por talleres de reparación de automóviles, fábricas de maquinaria, instaladores de aparatos de aire acondicionado o también de placas solares, hasta sumar 146 subsectores de los que están tipificados en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE). Así representa casi un 15% de los puestos de trabajo de Valladolid, repartidos a su vez entre industria y servicios; dentro del primer sector, de 2021 a 2022 pasó de 14.017 a 14.600 afiliados a la Seguridad Social (+583, +4,16%); y dentro del segundo, de 7.143 a 7.330 (+187, 2,62%).

«No es que hayamos vivido un ascenso vertiginoso, pero la evolución del sector durante este año se puede considerar positiva, teniendo en cuenta además que se temía un parón por Ucrania y que la incertidumbre económica y política que vivimos no ayuda», valora Rodríguez, quien sin embargo se muestra prudente de cara a estos últimos meses de 2023. «Ya en la última encuesta realizada a nivel nacional por Confemetal a las empresas de nuestro sector se nota que hay cierta perspectiva de echar un poco el freno, y ahora además toca ver qué sucede con el conflicto en Israel. Lo primero son las vidas humanas, por supuesto, pero a nivel económico también puede tener sus consecuencias, cuando esto es una cadena en la que todos acabamos afectados de alguna manera, incluido el consumidor final», advierte. Sin olvidar por otro lado que, tratándose de un sector tan atomizado, los análisis genéricos se complican, dado que al final la alegría económica va por barrios «y algunos lo tienen muy difícil».

Es el caso de los talleres de coches, que, según la directora de Vametal, llegan a trabajar a veces por debajo de costes debido sobre todo a su relación con las aseguradoras, que dice que les «presionan» para ajustar en exceso los tiempos de reparación que están dispuestas a pagar, «cuando después el mecánico no puede escatimar para devolver el coche en las debidas condiciones al cliente».

El subsector de instalaciones eléctricas, mientras, «va muy bien encaminado», si bien los negocios que se dedican a la parte de las renovables, aunque siguen teniendo «mucho trabajo», se alejan del récord de actividad que vivieron en 2022 gracias a la manera en que se disparó la demanda de placas por la escalada de la luz; y ahora se están topando con «un embudo importante» en la gestión de solicitudes y repartos de subvenciones para fotovoltaicas que se está sufriendo a nivel nacional (demoras de hasta dos años), del que Valladolid no es ajena.

Más trabajo que manos

A la fontanería no le falta trabajo, pero sí personal para atenderlo, igual que le sucede a los talleres de automóviles y a otras muchas actividades del metal. «Una pena tener que dejar de aceptar pedidos u obras por no encontrar gente dispuesta a incorporase a este sector», lamenta la directora de Vametal.Pero no por ello dejan de crecer también los talleres de mecanizado y calderería, aunque «otra cosa es que los márgenes que te queden sean más estrechos que antes por los incrementos de costes que se asumen», según afirma, por encima de la actualización de precios finales que aplican.

A la automoción ligada al metal, entretanto, la incierta transición hacia la descarbonización (fin de las ventas de vehículos de combustión en 2035, en principio) no le está privando de crecimientos interanuales más allá de los que prevén las multinacionales extranjeras de referencia en Valladolid. La vallisoletana Industrias Maxi, por ejemplo, que se dedica a la ingeniería, mecanizado, montaje y metrología en automoción y en otras áreas, ha recuperado el volumen de empleo (unos 155 trabajadores) y de facturación anual (casi 20 millones) que alcanzó justo antes de la prepandemia, en 2019, que para esta empresa fue de récord.

Por otro lado, el metal debería afrontar ahora una etapa de relativa paz social tras haber firmado un nuevo convenio colectivo. Se publicó en boletín en septiembre con subidas salariales del 4% desde el 1 de enero de 2023, un 3% para 2024 y un 3% para 2025, con opción de incrementos adicionales del 1% si el IPC supera lo pactado. Pero sólo UGT firmó el acuerdo y CCOO ya amenazaba a principios de octubre con «acudir a las vías legales que marquen» sus servicios jurídicos. Una nueva variable de incertidumbre, por tanto, de cara a un fin de ejercicio intenso y complejo, aunque precedido de resultados positivos a nivel de empleo, actividad y producción.