Cierran dos piscinas de Valladolid por la aparición de heces

Óscar Fraile
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La de Aldeamayor Golf la han tenido que clausurar siete veces y la de Boecillo, otras dos, por un incidente que coincide con el auge de un supuesto reto viral para colgar las imágenes en Internet

Cierran dos piscinas de Valladolid por la aparición de heces - Foto: Jonathan Tajes

Los responsables de la piscina de la urbanización de Aldeamayor Golf están viviendo uno de los peores veranos de los últimos años. El motivo, un supuesto reto viral de Internet que consiste en defecar en piscinas públicas o arrojar heces al agua para después colgar las imágenes en la Red. Supuesto reto, porque, aunque algunos medios se han hecho eco de él, resulta muy complicado encontrar vídeos sobre ello en Internet. Pero lo que es cierto es que en esta piscina lo están sufriendo. Hasta en siete ocasiones han tenido que cerrar alguna de sus dos piscinas para adultos por la aparición de heces. También ha sucedido alguna vez, de forma aislada, en la piscina para niños, pero esto entra dentro de la normalidad, ya que puede suceder que la caca se ‘escape’ de los bañadores-pañal.

Las primeras veces que sucedió, los responsables del Ente de Conservación de la Urbanización Aldeamayor Golf (ECU) no habían oído hablar de este reto. Se enteraron tiempo después, cuando el incidente no paraba de repetirse. Las heces han aparecido en las dos piscinas para adultos que tienen las instalaciones, una de ellas semiolímpica y otra, con toboganes. Incluso algún día, en las dos a la vez. Algunas ocasiones en el interior del agua; otras, en el borde de la piscina.

Los responsables no tienen muy clara la forma de proceder de estos vándalos. Sospechan que en algunas ocasiones han arrojado las heces desde la calle, especialmente por la noche, pero no tienen certeza de ello porque las cámaras de seguridad no muestran imágenes del exterior. Tampoco descartan que estos usuarios defequen en el agua, o lo hagan en el baño y después lleven a escondidas los excrementos para dejarlos en la piscina. Por el momento no han presentado ninguna denuncia ante la Guardia Civil porque nunca han tenido sospechas de alguien en concreto. Esa sería la única fórmula para acceder a las imágenes grabadas por las cámaras, explican fuentes del ECU.

Lo cierto es que la aparición de las heces obliga a la piscina a poner en marcha un protocolo que consiste en vaciar el vaso y desinfectarlo antes de volverlo a llenar. Esto supone unas pérdidas que el ECU estima de entre 3.000 y 5.000 euros. Hay que tener en cuenta que estos incidentes obligan a encargar a laboratorios externos análisis del agua para descartar la presencia de bacterias que puedan ser perjudiciales para los bañistas, especialmente la Escherichia coli, más conocida como E.coli. Estas comprobaciones se hacen todos los años, pero este verano se han tenido que encargar con mayor frecuencia.

Respecto a la vigilancia, se ha dado orden a los socorristas de que estén más atentos a movimientos extraños de los bañistas, pero los responsables del ECU reconocen la dificultad de dar con los culpables, si bien sospechan que se trata de adolescentes. Tal es la preocupación que algunos vecinos se han organizado para dar paseos por la noche en el entorno de la piscina para ver si sorprenden a los autores de esta gamberrada lanzando heces desde fuera del recinto.

También en la piscina municipal de Boecillo han sufrido esta gamberrada, tal y como confirma su alcalde, Raúl Gómez. «Nos ha pasado dos veces al principio del verano, pero no tengo claro que sea por este reto viral porque el año pasado pasó lo mismo», señala. Estas instalaciones tienen dos piscinas, una más enfocada al ocio y otra para nadar, con calles delimitadas. Es en esta última es donde aparecieron los excrementos, lo que obligó a cerrarla.

Tecnicalor es la empresa encargada de limpiar la piscina de Aldeamayor. Desde la compañía aseguran que la forma de proceder cuando pasa es analizar el agua, vaciar el vaso, si procede, limpiarlo y volver a llenarlo. En la empresa Los Abuelos, dedicada también a estos trabajos de mantenimiento, señalan que el año pasado tuvieron que intervenir dos veces por este motivo. «Hay que desinfectarlo y hacer un tratamiento de choque con químicos, lo que puede obligar a cerrar las instalaciones tres o cuatro días», explican.