Pellitero: «En el centro hace falta la instalación de una locomotora comercial para que la oferta se complemente»

M. Rodríguez
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Entrevista al presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comerciantes

Alejandro Pellitero, presidente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), despliega un arsenal de argumentos para defender la importancia y la necesidad de apoyar la supervivencia del pequeño comercio. 
 
Ha finalizado la temporada de rebajas, aunque todavía hay algún cartel de ofertas y liquidación, con un balance más o menos positivo. ¿Cómo encaran la que parece será la temporada de la recuperación?
Los carteles de liquidación  y ofertas es por la desregularización que hubo de las rebajas, que creemos que es negativa para el sector. Y la campaña de primavera, después de los datos de las ventas de rebajas y la incertidumbre en la formación del Gobierno, que afectan al consumidor y a esa mentalidad de gastar que había en los años buenos, es imprevisible. Hemos observado que se hacen mayor número de ventas pero de importes más pequeños. La gente mira, compara y recurre a las nuevas tecnologías antes de adquirir un producto para decidir dónde comprar. Todo esto hace que la competencia sea mucho mayor y sea más difícil vender.
 
En muchos comercios se ven carteles de liquidación. ¿Hay mucha picaresca para atraer al consumidor?
No es picaresca. Antes ponían oferta y ahora utilizan rebajas. Al final son palabras malditas porque en la Ley de Comercio solo estaba la palabra rebajas, pero no la de oferta o promoción. La única que sigue regulada es la de promoción, que es donde puede haber picaresca porque vemos establecimientos que se pasan muchísimo tiempo con ese cartel. A la Junta le transmitimos en su día que hubiera una especie de licencia de liquidación, que ya se utiliza en otros países como en Francia, donde hay un documento acreditativo en el escaparate con la fecha de inicio, final y motivo, todo visado por la autoridad competente. Son cosas para mejorar de cara al consumidor porque en Avadeco nos preocupamos de los comercios y de los compradores, ya que cuando hay cartas marcadas no es bueno ni para el consumidor ni para comercio.
 
¿Cuánto tiempo puede estar el cartel de liquidación? ¿Hay sanciones por abusar de esto?
En la Ley de Comercio hay unos parámetros para liquidar, que pueden ser por jubilación, reforma o cierre. Todo hay que acreditarlo y debería estar comunicado a la Junta porque es la que tiene competencias. No es que tengan manga ancha pero no son demasiados estrictos en estos temas porque es imposible controlar todas las tiendas y comercios de la región. 
 
¿Hay competencia desleal, tipo venta ilegal?
En la competencia desleal puede haber muchos factores. Por ejemplo, está el tema de engañar con falsas liquidaciones. Esa es la mayor competencia desleal que detectamos. Otras son el incumplimiento de horarios, que con los años se ha ido controlando, sobre en el caso de los bazares chinos, que abrían las 24 horas del día.
 
¿El comercio chino es un quebradero de cabeza?
En cierto modo, sí. Es un sector que tiene muchas leyendas. Al final cumplen como cumplen todos porque están muy controlados, pero muchas veces hasta que no hay un aviso a las autoridades no se ejecutan esas inspecciones. Nosotros intentamos hacerlo a través de los propios comerciantes.
 
¿Hacen de policía comercial?
Sí, muchas veces actuamos de policías y parecemos los malos de la película, pero lo que intentamos es que juguemos todos con las mismas cartas.
 
¿Cuánto empleo supone el pequeño comercio ahora mismo en Valladolid?
El comercio emplea 34.000 personas, de las que 10.000 son autónomos. El comercio sin llegar al 50% de la cuota de mercado genera el 80% del empleo del sector.
 
¿Ha bajado mucho el número de empleados y autónomos?
Sí que ha habido descenso por jubilaciones, por falta de relevo generacional, además de los autónomos que no llegan al año de vida con su negocio o por traslado de empleo a las grandes superficies.
 
¿Un año es la supervivencia media más baja registrada?
Antes era de dos años, pero eran épocas mejores. Ahora con la situación actual, donde ya no se puede hablar de crisis porque estamos estancando y ya veremos si ascendemos y crecemos, siguen cerrando comercios. Solo hace falta darse una vuelta y ver los locales vacíos. Esto es empleo destruido, aunque es verdad que la mayoría de los negocios solo tiene uno o dos empleados contratos.
 
Según sus cálculos hay un 17% de locales vacíos. ¿Es una cifra récord en Valladolid?
Hace cuatro o cinco años llegamos a superar el 20%. Ha habido aperturas, pero no siempre que se cierra un comercio se abre otro porque pueden ser agencias de viaje, bares, tiendas de telefonía,... Hay rotación pero no significa que mejore el comercio.
 
Los políticos animan al autoempleo y anuncian ayudas. ¿Es un buen momento para abrir un comercio?
Depende. Yo me lo pensaría mucho y pediría mucha ayuda antes de lanzarme a ser emprendedor en comercio. Hay que estudiar muy bien qué tipo de negocio quieres abrir, en qué zona, conocer la competencia, buscar financiación y tener buenas condiciones de compra para lograr un margen comercial suficiente para asumir los gastos. Abrir un negocio no es fácil aunque haya mucho ánimo y se potencie mucho el emprender. Se ve el fracaso que hay y por eso decimos que hay que tener mucho cuido a la hora de lanzarse a emprender.
 
¿En el mapa comercial de la capital hay puntos negros?
El final de la renta antigua provocó movimientos de tiendas, que se han cambiado de local por renegociar su alquiler y conseguir mejores condiciones. En la calle Santiago las tiendas de siempre se han cambiado. Los puntos negros son siempre las calles que no son principales porque es más fácil que un negocio no funcione. Buscas un alquiler más asequible pero por otro lado estás perdiendo oportunidad de negocio. 
 
¿Está el precio de los locales en la media nacional?¿Se ha ajustado el alquiler a la situación actual?
Ha habido de todo, con bajadas de hasta un 50% o 60% en alquileres, pero no todos los propietarios han sido así de sensatos. Hubo una inflación del precio de los locales provocada por las entidades bancarias, que alquilaban las mejores esquinas y los mejores locales y no importaba el precio. Así se generó una burbuja que una empresa normal no puede asumir. Y por ejemplo, en la calle Santiago han desaparecido las tiendas de siempre y ahora hay dos o tres franquicias de telefonía y, sobre todo, marcas. Esto hace que pierdan identidad las calles, ya que en cualquier vía de Europa hay las mismas tiendas y estamos perdiendo el encanto del centro de las ciudades. Los negocios locales se van a las calles adyacentes y pierden esa primera línea que han mantenido hasta hace poco, pero cuando llega una franquicia e indemniza al inquilino y el propietario sube el alquiler es normal que haya esos cambios.
 
¿Los mercados efímeros son una opción para los emprendedores que no pueden afrontar el precio de estos alquileres? ¿Cómo afecta esta fórmula al comercio tradicional?
Son una especie de mercadillo, el del siglo XXI. No lo conocemos mucho porque no suelen ser empresas que tengan un negocio abierto al público. Es más autoempleo y no sé si este tipo de mercados da para vivir de ello solo o es una actividad complementaria. No es competencia desleal si está todo regulado y cumplen las normas.
 
Aunque el gran caballo de batalla son las grandes superficies, la libertad de horarios y la apertura en festivos. ¿Se rebajarán las aperturas aprobadas por año?
El 95% del comercio de Valladolid puede abrir todos los días del año pero no lo hace porque no hay consumo, ni demanda del consumidor. El alcalde dijo hace poco que tenemos sobreoferta comercial y nos falta demanda. Valladolid no ha crecido en población, de hecho la ha perdido en favor del alfoz. Tenemos el doble de oferta comercial para los mismos o menos habitantes. Es utilizar el sentido común. Nos venden que la directiva de servicios liberaliza, pero solo liberaliza la implantación y no totalmente porque establece unos parámetros, pero no habla de horarios comerciales. Los horarios dependen de una ley que aprobó hace unos años el PP, pero más pensando en zonas de costa y donde realmente hay turismo. Lo que pasa que se ha intentando aprovechar ante la presión de las grandes superficies. Esto es un favor para que puedan abrir más días. Y nosotros buscamos un equilibrio entre formatos. Además, en un estudio que ha hecho la Junta se ve que las aperturas no han generado más empleo, ni más demanda, ni más venta. Hay que ser serios y dejar de ayudar a los grandes.
 
Cita al alcalde y advierte de que hay sobreoferta, un argumento que está usando el Ayuntamiento para paralizar la ampliación de Vallsur. ¿Es tan dañina para el pequeño comercio?
Es una piedra más en nuestro camino. La ampliación es una guerra entre operadores, el de Vallsur y el de Río Shopping. Al final para Vallsur tener 3.000 metros más en Valladolid no le va a solucionar nada porque está integrada en la ciudad y el cliente que viene de fuera va directo a Río Shopping. Esa guerra la tiene pérdida y se va a quedar, salvo que me equivoque, para dar servicio a los vecinos de la zona sur de la ciudad porque está metido en la trama urbana y la accesibilidad es muy incómoda. No tiene aparcamientos suficiente y se colapsa los fines de semana. Al final los centros comerciales tienen una limitación, que es su accesibilidad. El cliente de Valladolid si llega a Río Shopping y lo ve lleno, da la vuelta y baja a Vallsur. Seguirá viviendo de los rebotes de los clientes de Valladolid y esa ampliación no es necesaria para su supervivencia.
 
En ese panorama que dibuja, ¿Equinoccio es una competencia amortizada?
Nos sorprende mucho porque vemos que Equinoccio tiene la mitad del centro comercial cerrado (tabicado) y en la otra mitad hay cuatro o cinco establecimientos. Y sólo con el ocio -los restaurantes, la bolera y los cines- no es suficiente. Creo que, además, fue también una inversión inmobiliaria y no sabemos por qué no se reactiva. Equinoccio ha hecho ofertas de alquiler gratuito durante dos años y paga la reforma del local, intentando atraer establecimientos, pero no ha llegado a cuajar. Se ha convertido en un centro de ocio más que de comercio.
 
¿Y por qué ninguna gran cadena opta por establecerse en el centro aunque se haya modificado el PGOU? ¿Ese reclamo sería positivo para ustedes, no?
La modificación de que baja más uno pueda ser comercio y pueda ser un edificio entero comercial es positivo, pero igual hemos llegado demasiado tarde y hemos conseguido que señas como H&M o Primark no estén en el centro aunque sí que haya contenedores suficientemente grandes para su instalación. Tener estas locomotoras haría que la oferta comercial del centro se complemente. Tenemos muchas franquicias pero falta la gran locomotora que sí que hay en otras ciudad. Hay mucho tipo de negocio, que por suerte o desgracia, no están en el centro y creo que ha habido oportunidades para traerles. Y también hay que ligarlo al tema de la hostelería, que es un polo de atracción, pero también falta alguna franquicia de comida rápida. 
 
¿Una locomotora sería mantener el Campus de la Justicia en el centro?
Sería mantener una estación muy importante en la ciudad, ya que hemos perdido varios paradas. Hay que intentar mantenerlo porque supone una actividad y un traslado de la gente que va a los juzgados y a los despachos de los profesionales, que tendrían que trasladarse todos a la zona de Villa del Prado.
 
Aparentemente hay buena sintonía con el nuevo equipo de Gobierno. ¿Qué balance hace de su actividad en los meses que llevan al frente del Ayuntamiento?
La relación ha sido siempre buena en todas las etapas. Con Mercedes Cantalapiedra se creó la Mesa de Comercio y se pusieron en marcha muchas acciones con la Feria del Stock. El nuevo equipo no lleva ni un año y están empezando a poner en marcha los proyectos. Para valorar su gestión hay que esperar un poco porque acaban de llegar y los cambios en una administración como el Ayuntamiento se tardan en hacer. No podemos exigir resultados en el primer año, aunque las intenciones parecen buenas.
 
Se está revisando el PGOU y se pueden presentar propuestas, ¿Avadeco tiene alguna?
Todo se ha hecho a través de la CVE, donde está integrado Avadeco. Se realizó un foro donde se trabajó con todos los sectores afectados y dónde hemos trasladado las nuestras.
 
¿Cómo valoran la apuesta por limitar los aparcamientos de rotación en el centro?
Entendemos la postura pero creemos que, a lo mejor no en la calle Santiago, hay que dar solución a la accesibilidad y al aparcamiento porque son una de las patas que tenemos que poner firme para sostener el centro de la ciudad. El que viene al centro no viene solo a comprar y mucha gente utiliza el vehículo privado por la climatología que tenemos. Hay que buscar esos aparcamientos disuasorios para que la gente tenga un parking cercano. Hemos hablado de darle una vuelta al de la Feria de Muestras. Ahí será fundamental la reforma que se quiere acometer del puente de Poniente, mejorando las aceras para que los peatones se sienten protegidos. Hay que aprovechar parking infrautilizados como el de Colón. Hay soluciones que no implican construir nuevos aparcamientos.
 
¿Y peatonalizar más calles?
No queremos llegar y meter el pico y la pala para peatonalizar. Hemos propuesto hacer pruebas. Vamos a cerrar con unas vallas una calle y probar uno o dos meses y analizar qué pasa. Queremos que se hablen y no se hagan las cosas porque sí. Se pueden plantear peatonalizaciones con sentido común, pero no siempre peatonalizar una calle supone una mejora. La Policía advierte que se pueden generar zonas inseguras porque supone que no pase gente por la noche. Dentro del Ayuntamiento hay diferentes puntos de vista. Cortar Duque de la Victoria, que se planteó hace unos años, o Claudio Mollano no sé si es lo mejor porque se limita la movilidad. 
 
¿El nuevo Val   dinamizará el comercio de la zona centro?
Espero que sí, pero cuando ves que quedan todavía puestos libres, a unos meses de su apertura, te hace ser un poco pesimista. El Val es un mercado que tendría que tener cubiertos todos sus puestos y con lista de espera. Creo que es muy atractivo, pero se ha tardado mucho y ha habido muchas jubilaciones y no hay relevo generacional. A lo mejor hay que buscar industriales de otros mercados que quieran tener un segundo puesto. Pero es complicado, pero me gustaría que se generara un polo de atracción comercial en esa zona, que ha perdido bastante. 
 
 ¿Cómo se están adaptando a la competencia que supone el comercio electrónico? 
El comerciante se va adaptando poco a poco, sobre todo el joven. No puedes exigir a una persona que está a punto de jubilarse que se suba al carro. Además, hay muchas tiendas que no tienen ni internet en su establecimiento. Se notan las penurias que pasan muchos para reducir gastos. Aunque ahora mismo con las redes sociales un comercio pueden tener visibilidad online sin necesitar una plataforma. Otra cosas es vender, que eso es mucho más complejo y hace falta infraestructura. Ahora sólo venden online un 15%.
 
¿Ha mejorado la oferta comercial con la crisis y los nuevos competidores?
Sí, las empresas se han tenido que reinventar. Eso ha hecho que haya una selección, que ha dejado a los más fuertes o los más ágiles, y creo que eso ha servido para aumentar la competitividad, mejorar la competencia y los establecimientos. Se está trabajando con la Junta para recuperar las ayudas a la modernización de los comercios porque lavar la cara a la tienda puede hacer que el mismo producto se venda más fácil. La falta del relevo generacional desmotiva al comerciante y hay que ayudarle a que no muera de inanición y se recicle. También es necesaria la formación continua para educar al comerciante en las novedades.
 
¿Qué papel juega la Mesa de Comercio en todo este proceso?
Las competencias de comercio son de la Junta por lo que agradecidos estamos al Ayuntamiento de que se creara esta Mesa de Comercio. Hay una dotación económica para promoción comercial y el Ayuntamiento está buscando fórmulas, a parte de esta aportación, como la que propuso el PP recientemente, lo que pasa que no sé si es la más acertada. Se trataría de que el Consistorio sea el banco que te deja el dinero, aunque se podría hacer a través de Iberaval, pero hay que estudiarlo. Las entidades bancarias ahora están abriendo la mano y facilitando la llegada del crédito. Apuesto por intentar ayudar a un precio bajo porque las subvenciones a fondo perdido puede ayudar en cierto modo, pero las inversiones suelen ser más pequeñas. Y para abrir un nuevo negocio o para crecer hacer falta inversión un poco más grande y hay que ir a un respaldo más importante.
 
 ¿Cómo está el nivel de asociacionismo en el sector?
Es muy difícil conseguir socios. De hecho, todos los años se pierde alguno, sobre todo por jubilaciones y cierres. Y conseguir nuevos socios en una agrupación como la nuestra es muy complicado porque la gente sigue ajustando sus costes. A los jóvenes y los emprendedores les cuesta asociarse.
 
¿Apuestan por peatonalizar la Plaza Mayor?
En las reuniones que hemos tenido con el Ayuntamiento se ha planteado el cierre a los autobuses y los taxis de la Plaza Mayor. Por los datos que aportan, un tercio del año ya permanece cerrada. Habría que cambiar las paradas y eso genera desconcierto en el usuario del transporte público. Apostamos por probar un periodo largo de tiempo, como en el caso de las peatonalizaciones, y ver qué pasa y tomar la decisión. Avadeco pidió hace más de diez años modificar los accesos al aparcamiento y así se recuperaría totalmente la plaza. 
 
¿Y sobre sus usos?
Hay mucha polémica con el tema del pádel, pero ahí no entro ni salgo. Es una instalación muy grande, que lo que más tapa es la fachada del Ayuntamiento, aunque afectan casi más las gradas de semana santa que se pasan ahí dos meses. Al final siempre está la plaza ocupada con cosas de estas. Pero si el retorno económico para la ciudad es tan alto como dicen, merece la pena luchar por mantener esas actividades. Este año se recupera la feria del libro y esperemos que el resultado sea bueno. Vamos a ver qué pasa. No es el sí o el no a todo radical, hay que hacer las cosas con consenso y probando, pero no imponer criterios de una parte. Vamos a intentar que sea lo más beneficioso para todos.