La inflación y la escasa demanda frenan el mercado del vino

R.G.R
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Los consejos reguladores alertan sobre un descenso de la demanda en el sector, tanto en el canal Horeca como en alimentación. Prevén que las DO tendrán un bajón importante de las ventas a final de año. Ribera ya ha empezado a bajar

La inflación y la escasa demanda frenan el mercado del vino

Todo parece indicar que los años de bonanza han terminado por el momento. Las denominaciones de origen vitivinícolas de la provincia han registrado crecimientos exponenciales de ventas durante los últimos años, pero eso parece haber llegado a su fin. El primer semestre de este año ha marcado un punto de inflexión para las bodegas y la tendencia de ventas ha cambiado de rumbo debido al aumento de la inflación y la paralización del mercado exterior.  


En su conjunto, Ribera del Duero, Rueda y Cigales han comercializado casi medio millón menos de botellas de vino durante el primer semestre que en el mismo periodo de tiempo que el año pasado. Una caída que no se registraba desde la pandemia. Las denominaciones de origen de la provincia tienen motivos para estar preocupadas a expensas de los datos de comercialización.


Los consejos reguladores tienen claro que los motivos de esta caída están relacionados con la caída del consumo, tanto del canal Horeca (la hostelería) como de las familias y de la paralización del mercado exterior, lo que está complicando la salida del vino. Lejos han quedado ya los años de ruptura de récords campaña tras campaña. Cuando lo lógico era que las denominaciones de origen vitivinícolas de la provincia no pararan de ver crecer sus parámetros de ventas. Sin ir más lejos, en el año 2016, vendieron 176 millones de botellas de vino, agotando todas las existencias. 


Dentro de un panorama general complicado, en el caso de Ribera del Duero también se está produciendo un problema añadido. Su presidente, Enrique Pascual, mantiene que no existe excedente de vino en las bodegas y que, por este motivo, también se ha producido una disminución en las ventas. La falta de vino, unido al parón del mercado, está ocasionado que la denominación esté registrando un descenso considerable en ventas. 


También cabe recordar que el Consejo Regulador viene de alcanzar dos récords consecutivos. El año pasado entregó 100.725.000 contraetiquetas identificativas para poner vinos con denominación en el mercado, trescientas mil más que en 2021, cuando ya se alcanzó la mayor cifra de la historia.


  Ribera del Duero comercializa principalmente a la restauración de primer nivel y está comenzando a notar la bajada de las ventas. El último descenso se produjo en 2020 como consecuencia de la pandemia. El Consejo Regulador entregó 78.396.944 contraetiquetas a las bodegas para la comercialización de sus vinos dentro y fuera de España, la complicada situación que vivía la hostelería como consecuencia de los cierres por la covid-19 repercutió en el volumen de las 'contras' proporcionadas por parte de Ribera del Duero, con una reducción del 11,9 por ciento respecto al 2019 (89 millones). «Este año, además de la situación del mercado, hay bodegas que no tienen vino almacenado para la venta y eso está haciendo que caigan las ventas», comenta Pascual. 


Rueda ha sido la denominación que mayor empuje ha registrado durante los últimos años en las ventas de vino, tanto a nivel nacional como en el extranjero. Sus crecimientos han sido espectaculares. Sin ir más lejos, tan solo hace poco más de dos años, al cierre de 2020 la denominación comercializó 83.100.205 botellas, mientras que el año pasado cerró el ejercicio con 109.972.921, lo que supone un crecimiento del 32 por ciento en solo dos campañas. 


Este crecimiento ha ocasionado que se hayan realizado nuevas plantaciones y que se hayan instalado nuevas bodegas. La Denominación de Origen cerró el 2022 con la mejor cifra de ventas de su historia, ya que, en total, entregó casi 110 millones de contraetiquetas. No solo la cifra total de 'contras' expedidas en 2022 supuso un récord, también el resultado interanual rompe las estadísticas. En todos los meses del año pasado, la venta de botellas superó a la de ejercicios anteriores.


Durante los seis primeros meses del año, el crecimiento ha sido más sostenido y las ventas solo se han incrementado en un 5,7 por ciento. No obstante, las previsiones no son nada halagüeñas. El director general de Rueda, Santiago Mora, indicó que la previsión es que a final de año se produzca un descenso en la entrega de contraetiquetas. «El mercado se está ralentizando y aunque hemos continuado creciendo durante los seis primeros meses, creemos que nuestras ventas van a caer a finales de año». 


El responsable de la denominación indicó que la paralización de las ventas «se nota» ya tanto en el canal Horeca como en las ventas que se realizan en las superficies comerciales. «El aumento de los precios está ocasionando que el consumo se rebaje», comenta.  


aumento de costes. De esta forma, las bodegas de todas las denominaciones están teniendo que hacer un esfuerzo para cuadrar los precios del vino debido a que tienen que soportar aumentos «considerables» también en todo el proceso de elaboración y embotellado. «El cristal ha subido mucho y también el corcho y todo el proceso de energético necesario hasta que se saca el vino de las bodegas», relata la directora técnica de la Denominación de Origen Cigales, Águeda del Val.


Las bodegas no han tomado la decisión de rebajar los precios del vino a pesar de la caída de ventas en gran parte por este aumento de los costes, pero se están enfrentando a una situación complicada. «Las bodegas están haciendo auténticos malabarismos para cuadrar las cuentas», matiza del Val. 


Y eso teniendo en cuenta que en el caso de Cigales las ventas prácticamente se mantienen estables en comparación con el pasado año. 100.000 botellas más en los seis primeros meses de este 2023. «Nosotros tenemos la ventaja de que nuestro mercado exterior es casi inexistente. Centramos nuestras ventas en España y no tenemos el problema de la caída de ventas en los mercados exteriores», relata la directora técnica. 


No obstante, indica que las bodegas están pasando por una situación «complicada». Explica que las ventas durante este mes de agosto han estado «paradísimas», aunque se mostró confiada en que esta tendencia cambie en septiembre porque las bodegas deben hacer hueco en sus lagares para la llegada de la uva nueva. La previsión es que las ventas se mantengan a finales de año.