La selección de Serbia se clasificó este viernes para la final del Campeonato del Mundo de baloncesto, tras vencer con solvencia y más comodidad de la esperada (95-86) a Canadá (95-86) y luchará el domingo por segunda vez por el primer título mundial de su historia.

Liderados por un excelso Bogdan Bogdanovic, que se fue hasta los 23 puntos y 4 asistencias, con un 67 por ciento en tiros de campo, y por Nikola Milutinov, que dominó la 'pintura' con un 'doble-doble' de 16 puntos y 10 rebotes, los europeos pasaron por encima de los canadienses, siempre a remolque en el partido y con su estrella, Shai Gilgeous-Alexander, bien defendido (15 puntos).

En el cuarto inicial, la selección balcánica arrancó a gran ritmo, con la física defensa que le ha caracterizado todo el torneo y el acierto en ataque, que puso un parcial inicial de 8-1, que les permitió terminar el primer cuarto con 23-15, con un Bogdanovic excelso.

El dominio serbio fue aún mayor en el segundo cuarto ante un equipo canadiense muy penalizado por las faltas, ya que cometieron hasta 17 y no pudieron imponer su físico como sí lograron ante España y Eslovenia para detener el entonado ataque del equipo de Svetislav Pesic, que al descanso mandaba cómodamente por 13 puntos (52-39).

Al igual que en el partido de cuartos, la vuelta de vestuarios sentó bien a Canadá y los ajustes de Jordi Fernández hicieron efecto. La mejora defensiva fue notable y tras una primera parte muy floja, Gilgeous-Alexander entró al partido y acercó al equipo a siete puntos.

Canadá tuvo balón para ponerse a cinco puntos, pero no lo aprovechó y Serbia la castigó con un '2+1' de Milutinov y dos triples (Guduric y Marinkovic) para volver a superar la decena de puntos de cara a los diez minutos finales y afrontar los últimos diez minutos con doce puntos de renta (75-63) y con las estrellas canadienses cargadas de faltas personales.

En el último cuarto, Canadá puso sus individualidades al servicio de la remontada, con RJ Barret y Gilgeous-Alexander tratando de contrarrestar el bloque defensivo serbio, que los maniató en todo momento. En ataque, Bogdanovic continuó dominando para mantener una renta cómoda y no tuvo problemas para sellar su pase a la segunda final mundialista de su historia tras la perdida en 2014 ante los Estados Unidos frente al ganador del duelo entre los estadounidenses y Alemania.