El neumático y el vehículo eléctrico

D.V.
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Michelín considera que para lograr una movilidad más sostenible es fundamental progresar en la descarbonización del transporte

Neumático Michelín - Foto: Michelín

La sostenibilidad es una obligación. Preocuparnos por dejar un planeta a las futuras generaciones en el que puedan cubrir sus necesidades es una obligación de todos: Administración, empresas y particulares. La reducción de gases de efecto invernadero, en especial el CO2 es clave en el camino hacia la sostenibilidad y el transporte es el responsable de una parte importante de esas emisiones.

Para lograr una movilidad más sostenible es clave avanzar en la descarbonización del transporte. Para ello, la utilización de vehículos eléctricos a baterías es una buena solución, aunque no es la única, ya que existen otras tecnologías como los vehículos eléctricos con pila de H2 o los vehículos de motor térmico con combustibles sintéticos con cero emisiones netas de CO2. En función del tipo de utilización la solución mas adecuada puede ser diferente.

Neumáticos especiales

Los vehículos eléctricos tienen unas características especiales y necesitan unos neumáticos que cumplan con esas características. En primer lugar, los neumáticos para vehículos eléctricos tienen que hacer frente a un peso adicional del vehículo, a una rápida aceleración (par motor), la ausencia de ruido del motor y la autonomía de la batería. Si el neumático es un factor imprescindible en la movilidad, lo es más aún en la movilidad de vehículos eléctricos.

Aunque muchos neumáticos son igual de válidos para vehículos de diferentes tipos de motorizaciones, siempre es una buena idea equipar un vehículo eléctrico con neumáticos especialmente fabricados para él.

Las baterías y su peso

Los vehículos eléctricos con baterías están condicionados por el peso de estas, por lo que necesitan neumáticos que puedan soportar un peso extra. Por ejemplo, 400 kg es el peso medio de una batería en un coche deportivo eléctrico. Hay vehículos térmicos grandes más pesados que otros eléctricos más pequeños, pero a igualdad de categoría el vehículo eléctrico es normalmente más pesado.

El par motor

El motor eléctrico proporciona el par motor instantáneo. Con un vehículo eléctrico, en cuanto se pisa el acelerador, se dispone inmediatamente del 100% de la potencia del vehículo. Esto significa que las transferencias de peso son más bruscas, mucho más intensas que con un vehículo de combustión interna. Y esto afecta también al desgaste de los neumáticos. Con el par instantáneo de los motores eléctricos y el peso de las baterías, los neumáticos se desgastan más rápido. Los vehículos eléctricos consumirán neumáticos un 20por ciento más rápido que los vehículos con motor de combustión interna.

El ruido

Un coche eléctrico es silencioso. Sin el ruido de un motor de combustión, el sonido de los neumáticos sobre la superficie de la carretera es mucho más perceptible en un coche eléctrico. Por eso, los neumáticos tienen que ser mucho más silenciosos. Así, se reduce el ruido interior percibido.

Autonomía de la batería

En un turismo de motor térmico, la resistencia a la rodadura de los neumáticos es de un 20% del consumo de carburante del vehículo. En un camión o turismo de motor eléctrico, este porcentaje aumenta a un 33% de la energía consumida por el vehículo. En el caso de los vehículos de combustión la reducción de la resistencia a la rodadura supone una reducción del consumo de carburante con el consiguiente ahorro económico y de las emisiones de CO2 asociadas. En el caso de vehículo eléctrico, si reducimos la resistencia a la rodadura del neumático, además de la reducción de las emisiones de CO2 asociadas a la generación de la energía eléctrica, conseguimos es una mayor autonomía de la batería. Las últimas generaciones de neumáticos específicos para vehículos eléctricos aumentan hasta un 7% la autonomía de la batería, lo que puede suponer hacer 30km más.